Gaseosas aumentan riesgo de padecer derrame cerebral


Científicos aseguran que tomar bebidas gaseosas aumenta el riesgo de padecer derrames cerebrales.


El estudio, publicado en la revista Circulation: Journal of the American Heart Association, señala que reducir el número de vasos de bebidos puede disminuir el riesgo de morir a causa de un derrame cerebral en 8% y de enfermedad cardiaca en 5%.

Otros estudios habían relacionado el consumo de estas bebidas con la obesidad y la diabetes, pero no habían esclarecido su efecto en la presión arterial.
 
Reducir el consumo de estas bebidas azucaradas puede ser una estrategia importante para disminuir la presión arterial y sus males relacionados.

La reducción de 3 milímetros de mercurio en la presión sistólica puede disminuir la mortalidad por derrame cerebral en 8% y de mal coronario en 5%, lo cual se puede lograr reduciendo el consumo de bebidas gaseosas en un promedio de dos porciones diarias.

Observaciones en 810 adultos de 25 a 79 años con hipertensión entre 120/80 y 139/89 mm Hg; y otros con rango de 140/90 a 159/99 mm Hg analizaron su peso, ejercicios y dieta saludable por 18 meses, con la finalidad de prevenir y controlar la presión arterial.

Al principio cada un bebió un promedio de 310 mililitros de bebidas gaseosas, equivalente a un vaso. Al final de las pruebas bebieron el equivalente a medio vaso, tras lo cual se determinó que la presión sistólica y diastólica disminuyó de forma significativa.

Los análisis determinaron que la reducción de una porción diaria de gaseosa permitió la disminución de 1,8 milímetros de mercurio (mm Hg) en la presión sistólica y de 1,1 en la presión diastólica en los 18 meses.

La disminución del peso fue un factor, pero el cambio de la presión fue estadísticamente significativo, por lo que aunque la mayoría de los individuos de prueba tenían sobrepeso e hipertensión, las personas sin estas características podrían beneficiarse con la reducción del consumo de gaseosas.

Los científicos indicaron, no obstante, que se requieren más estudios para determinar de qué manera se pueden beneficiar las personas no obesas y no hipertensas con la reducción del consumo de bebidas gaseosas.