Ejercicio mental prevendría la pérdida de memoria por Alzheimer


El trabajo que demanda esfuerzo mental ayudaría a prevenir las consecuencias del mal de Alzheimer, según un estudio de científicos de la Universidad San Raffaele de Milán, publicado en el último número de la revista Neurology.


Los estudiosos observaron que las personas con ocupaciones estimulantes y altos niveles de educación sufren menos problemas de memoria asociados al mal de Alzheimer, inclusive cuando se evidencia daño físico en las células cerebrales.

Los hallazgos sugieren que el secreto puede ser una forma de protección que el trabajo mental cotidiano ofrece al cerebro o puede tratarse de una reserva cognitiva.

Según la doctora Valentina Garibotto, el cerebro es capaz de compensar el daño y mantener una función a pesar de una lesión.

En el estudio analizaron a más de 300 pacientes con diversos grados de pérdida de memoria, incluyendo a pacientes que padecen el mal de Alzheimer y aquellos que sufren etapas iniciales de declinación mental, conocidas como deterioro cognitivo leve. En los pacientes se empleó resonancias magnéticas para comprobar la extensión de daño cerebral de los voluntarios durante 14 meses.

Los estudiosos observaron que entre los pacientes con el mismo nivel de daño en las células cerebrales, aquellos con más educación y trabajos con más estimulación intelectual tenían menos problemas con la memoria. Los resultados sugieren que el efecto es visible inclusive antes del desarrollo completo del Alzheimer.

La doctora Garibotto explicó que serían dos las razones del efecto benéfico de los trabajos que implican un desafío mental. En primer lugar, el cerebro podría fortalecerse mediante ese tipo de ejercicio mental. Una segunda posibilidad sería que los factores genéticos que hicieron posible a esas personas alcanzar un alto desarrollo intelectual podrían determinar la cantidad de reserva cerebral. Por el momento no pueden explicar con seguridad las causas de estas diferencias.

Estudios previos mostraron que un estilo sano de vida, una dieta sana y mantener a la mente estimulada pueden reducir el riesgo de desarrollar demencia. En los pacientes que sufrieron derrame cerebral, ejercicios por unos 50 minutos al día pueden reducir la gravedad de los efectos de los derrames y ayudar a una recuperación más rápida. Otro estudio danés encontró que quienes realizan cotidianamente tareas de jardinería o caminar disminuyen el riesgo de sufrir derrames cerebrales entre el doble y el triple que aquellos que tienen poca actividad física.