Uno de los principales problemas de salud de nuestras sociedades modernas son los recurrentes dolores de espalda. Como es bien sabido, estos se producen de forma transversal a lo largo de todas las edades afectando por igual a todos los sectores de la población desde adolescentes a personas mayores que sufren de la misma patología. De igual manera, afecta por igual a hombres  y mujeres.

Estas dolencias son tan grandes y afectan a tanta gente que han tomado rango de epidemia mundial convirtiéndose en una de las principales fuentes de incapacidad laboral, lo que se traduce en una pérdida anual de millones de dólares en pérdidas para las empresas.

Si usted se ha encontrado con esta situación y ha empezado a tener síntomas tales como pinzamientos recurrentes de cuello que impiden su correcto movimiento o dolores fuertes de espalda que no nos dejan descansar durante la noche. Lo más probable es que esto se deba a una mala higiene postural a la hora de sentarse a trabajar delante del ordenador o a ver la televisión.

Pero no hay por qué caer en alarmismos, en la mayoría de los casos estos problemas pueden ser subsanados de manera sencilla. Simplemente con seguir una serie de pautas cómodas, podrá ganar mucha calidad de vida y olvidarse de este tipo de preocupaciones.

Lo más importante: Cómo elegir la mejor silla

Es normal en la mayoría de la población que se le de muy poca relevancia (pese a que nos atreveríamos a decir que es por contra uno de los factores más importantes) a la elección de la silla o sillón en el que sentarse durante mucho tiempo. Esto es peligroso, ya que y aunque pueda parecer paradójico, lo que solemos tomar como “cómodo” normalmente no tiene mucho que ver con “sano”. De hecho, es más que probable que ahora mismo, leyendo este artículo lo esté haciendo desde un asiento que no cumpla con los requisitos mínimos de higiene postural para evitar cualquier tipo de lesión.

Así, las claves para que una silla sea capaz de cuidar de nuestra espalda son:

  • Ser capaz de recoger y hacerse perfectamente a la forma de la espalda. Esto significa que debe recoger la cadera y al mismo tiempo la parte inferior de la espalda. Así evitaremos que queden espacios “al aire” que no se apoyen en el respaldo.
  • La altura del asiento debe permitirnos en todo momento tocar totalmente el suelo con las plantas de los pies apoyadas. Tocar plenamente con la planta del pie significa eso, no contentarnos con tocar únicamente con los dedos.
  • Si estamos además usando el ordenador, es muy importante prestar atención a los reposabrazos. Nos servirán para apoyar los brazos y descansarlos cada poco tiempo. Si no lo hacemos, estarán  permanentemente en el aire y esto contribuirá a recargar los músculos que sujetan el cuello, lo que puede llegar a provocar mareos y dolores de cabeza.

Además de estar normas de postura general, si además por nuestro trabajo o aficiones pasamos mucho tiempo sentados delante del ordenador, hay que tener en cuenta esta serie de recomendaciones:

  • Realizar pausas para cambiar de postura y levantarnos del asiento. Hay que andar un poco por la habitación, estirar la espalda y las piernas a la vez que fijamos nuestra visión en puntos alejados que ayuden a nuestra mente y cuerpo a desconectar de la actividad. Se recomienda hacerlo un mínimo de 10 minutos cada 60-70 minutos.
  • Realizar ejercicios que ayuden a fortalecer músculos de la espalda. En esta página del Consejos Superior de Investigaciones Científicas se recomiendan algunos ejercicios sencillos de realizar pero que nos vendrán muy bien. Es algo que puede hacer todo el mundo en su día a día: subir escaleras, ir a la piscina a nadar, etc..

En definitiva, tal y como hemos podido comprobar, mantener una higiene postural adecuada que nos ayude a evitar lesiones es sencillo a poco que sigamos con interés unas mínimas pautas que cualquier puede realizar.

 

Artículo escrito en colaboración con 10geeks.es