Vivir cerca de áreas verdes tiene un impacto positivo en la salud, reduce el estrés, mejora la salud mental y reduce la probabilidad de muerte prematura.

Estudios realizados por el Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal), en colaboración con la Universidad de Colorado (Estados Unidos) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), indica que el efecto protector reduce en un 4% la mortalidad por cada incremento de 0,1 en el índice de la flora.

 

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El estudio, publicado en la revista The Lancet Planetary Health, indica que el efecto protector reduce en un 4% la mortalidad por cada incremento de 0,1 en el índice de vegetación, medida con un método basado en imágenes de satélite, en los 500 metros de alrededor de la residencia.

Se trata de la síntesis más grande y completa hasta la fecha sobre espacios verdes y mortalidad prematura y los resultados apoyan intervenciones y políticas que incrementen los espacios verdes como estrategia para mejorar la salud pública, explica el primer autor del estudio, David Rojas.

Este trabajo entrega valiosa información que se podrá usar en estudios de evaluación de impacto en salud, ha destacado el investigador de la Universidad de Colorado y el ISGlobal.

El análisis incluyó nueve estudios longitudinales en siete países, Canadá, Estados Unidos, España, Italia, Australia, Suiza y China, y más de ocho millones de personas, por lo que consideran que proporciona evidencia científica sólida sobre el impacto que tiene el incremento de las áreas verdes en las ciudades sobre la mortalidad prematura.

El director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal, Mark Nieuwenhuijsen, indica que los programas de incremento del verde urbano no solo son clave para promover la salud pública, sino que también aumentan la biodiversidad y mitigan los impactos del cambio climático, haciendo que nuestras ciudades sean más sostenibles y habitables.

Se calcula que la mitad de la población mundial vive en ciudades con pocos espacios verdes, y muchos estudios indican que las áreas verdes en las urbes tienen un efecto positivo sobre la salud, incluyendo menos estrés, mejor salud mental, y menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico y muerte prematura, entre otros.

El estudio abarcó varios años y se centran en un momento en el tiempo, y que cumplían los requisitos de medir la exposición a áreas verdes en imágenes de satélite, índice normalizado de diferencia en vegetación (NDVI), y considerar la mortalidad como desenlace.

El equipo de científicos está aplicando los resultados de este meta-análisis para estimar el número de muertes prematuras que se podría evitar en ciudades de todo el mundo si se consiguiera la ambiciosa meta de aumentar la infraestructura verde.