Comer a diario una palta, fruto conocido también como aguacate, podría ayudar a redistribuir la grasa del vientre en las mujeres hacia un perfil más saludable, según un nuevo estudio de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign y colaboradores de ña Universidad de Florida y la Universidad de Eastern Illinois.

 

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Los investigadores analizaron a 105 adultos con sobrepeso y obesidad en un ensayo controlado aleatorio que proporcionó una comida al día durante 12 semanas. Las mujeres que consumieron palta como parte de su comida diaria tuvieron una reducción en la grasa abdominal visceral más profunda.

Dirigidos por Naiman Khan, profesor de kinesiología y salud comunitaria de Illinois, los investigadores publicaron su estudio, financiado por la Junta de Aguacate Hass, en el Journal of Nutrition.

Kahn señaló que el objetivo no era la pérdida de peso, sino comprender qué efecto tiene el consumo de este fruto en la forma en que las personas almacenan su grasa corporal, pues la ubicación de la grasa en el cuerpo juega un papel importante en la salud.

En el abdomen, hay dos tipos de grasa: la que se acumula justo debajo de la piel, llamada grasa subcutánea, y la que se acumula más profundamente en el abdomen, conocida como grasa visceral, que rodea los órganos internos.

Las personas con una mayor proporción de esa grasa visceral más profunda tienden a tener un mayor riesgo de desarrollar diabetes, por ello el interés en analizar si la proporción de grasa subcutánea a visceral cambiaba con el consumo de las paltas, explicó el estudioso.

Los participantes se dividieron en dos grupos. Uno recibió comidas que incorporaron una palta fresca, mientras que el otro recibió una comida que tenía ingredientes casi idénticos y calorías similares, pero que no contenía palta.

Al comienzo y al final de las 12 semanas, los investigadores midieron la grasa abdominal de los participantes y su tolerancia a la glucosa, una medida del metabolismo y un marcador de diabetes.

Las participantes que consumieron un aguacate al día presentaron una reducción en la grasa abdominal visceral, la grasa difícil de alcanzar asociada con un mayor riesgo, y experimentaron una reducción en la proporción de grasa visceral a grasa subcutánea, lo que indica una redistribución de grasa fuera de los órganos. Sin embargo, la distribución de grasa en los hombres no cambió y ni los hombres ni las mujeres mejoraron la tolerancia a la glucosa.

El estudio destaca la importancia de demostrar que las intervenciones dietéticas pueden modular la distribución de grasas. Saber que los beneficios solo eran evidentes en las mujeres nos dice un poco sobre el potencial de que el sexo desempeñe un papel en las respuestas a las intervenciones dietéticas, indican.

Ahora anuncian que esperan realizar un estudio de seguimiento que proporcione a los participantes todas sus comidas diarias y observar marcadores adicionales de salud intestinal y física para obtener una imagen más completa de los efectos metabólicos del consumo de palta y determinar si la diferencia permanece entre los dos sexos.