El COVID-19 podría acortar la esperanza de vida en un promedio de 10 años, según estima la bióloga Ancha Baranova, catedrática de la Escuela de Sistemas Biológicos de la Universidad George Mason (GMU), en Estados Unidos.
 
 

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"La vacuna está haciendo cierto efecto, (pero) el virus también está mutando de alguna forma. La humanidad se está haciendo a la idea de que la esperanza media de vida cae unos 10 años. Mientras uno es joven y tiene inmunidad, supera el coronavirus o las múltiples inmunizaciones. Con la vejez padecemos más y más enfermedades, y el coronavirus es una de ellas, por lo que la esperanza media de vida se acorta", explicó la investigadora.
 
De esta manera, los humanos "tenemos un nuevo enemigo natural, que nos está hostigando paulatinamente", resumió.
 
La bióloga también admitió la posibilidad de que el virus se vaya debilitando de forma natural, aunque, según dijo, no parece que lo haya hecho en estos dos años de pandemia.
 
"Toda población tiene selección natural, también la humana. Aquellos genotipos que no sirven para superar el coronavirus, van mermando, y los que hacen frente al peligro con más éxito, sobreviven. En dos o tres generaciones, la gente lidiará mejor con el coronavirus, incluso sin medicinas. Podría cambiar la estructura de los virus que acosan a la humanidad, es posible que por fin haya menos gripe", vaticinó.
 
Según la experta, tampoco hay que descartar algún descubrimiento por ahora inimaginable que revolucione la medicina.
 
"Por ejemplo, seremos capaces de transferir la mente de un cuerpo a otro, incluido uno artificial, y entonces nadie se preocuparía de enfermar sino de apretar a tiempo el botón de 'otro cuerpo' o 'actualizar'", concluyó.
 
Desde el 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud califica como pandemia la enfermedad covid-19 causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 detectado a finales de 2019.
 
A lo largo del mundo se han registrado más de 232,4 millones de casos de infección por el patógeno, incluidos más de 4,75 millones de decesos según la Universidad Johns Hopkins de EE. UU. 
 
 
Con información de Sputnik