Comprueban que el ejercicio físico combate el envejecimiento

Un estudio realizado por la Universidad de Saarland, Alemania, asegura que el ejercicio físico combate el envejecimiento al estimular una enzima clave.


Los investigadores se centraron en los telómeros, capas protectoras de los cromosomas, que mantienen estable al ADN de las células, pero que se reducen con la edad.

Los telómeros son secciones relativamente cortas de ADN especializado, que se ubican al final de todos nuestros cromosomas. Cuando una célula se divide sus telómeros se acortan y la célula se vuelve más susceptible a la muerte.

Las pruebas demostraron que los telómeros se reducen menos rápido en las células clave de inmunidad de los atletas con una trayectoria larga de entrenamiento, según explican en la revista Circulation.

Los estudiosos midieron el largo de los telómeros en muestras de sangre de dos grupos de atletas profesionales y dos grupos de personas saludables no fumadoras, pero que no realizaban ejercicio regular.

Uno de los grupos de atletas profesionales incluyó a miembros del equipo alemán de atletas, con una edad promedio de 20 años. El segundo grupo fue de atletas de mediana edad que corren de manera regular largas distancias, un promedio de 80 km, desde su adolescencia.

Se evidenció que el ejercicio físico de los atletas profesionales produjo la activación de una enzima llamada telomerasa, que ayudó a estabilizar los telómeros. Se observó que se redujo el acortamiento de los telómeros en los leucocitos, un tipo de glóbulos rojos que juegan un rol importante en la lucha contra las infecciones y la enfermedad.

El efecto más pronunciado se comprobó en atletas con entrenamiento regular durante varias décadas.

El doctor Ulrich Laufs, jefe de la investigación, dijo que esto es una evidencia directa del efecto antienvejecimiento del ejercicio físico. Agregó que sus datos mejoran el entendimiento molecular de los efectos protectores del ejercicio y subraya la potencia del entrenamiento físico al reducir el impacto de las enfermedades relacionadas con la edad.

Otros estudios demuestran que inclusive el ejercicio moderado está relacionado con niveles más bajos de riesgo cardiaco, como presión arterial y colesterol y menor riesgo de muchas enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento, como los males cardiacos, el derrame cerebral, la diabetes y algunos cánceres.

Uno de esos estudios, publicado en Proceeding of the National Academy of Sciences, indica que investigadores de la Universidad de Goteburgo analizaron datos de más de un millón 200 mil suecos varones nacidos entre 1950 y 1976, que se enrolaron en el ejército a los 18 años y comprobaron que la buena salud cardiaca estaba relacionada con una mayor inteligencia, mayor nivel de educación y mejor estatus en la sociedad.

Al analizar a grupos de gemelos determinaron que el ambiente tuvo mayor influencia que la genética.

El ejercicio cardiovascular incrementa el flujo de sangre al cerebro, que ayuda a establecer más y más fuertes conexiones entre las células nerviosas, pero es posible que la gente inteligente tienda a hacer más ejercicio, indicó el profesor Georg Kuhn.