¿Por qué no votar por la Salud Pública?

antena_television.jpgPor Raúl Alfonso Allain Vega [1

En reiteradas ocasiones los medios de telecomunicación, suelen ser utilizados para un fin insondable, maquiavélico; esta característica, indefectiblemente, no cancela la importancia de las informaciones que deben ser transmitidas.


Hace un par de días en la Residencial Arica del distrito de San Miguel, se proyectó con contundencia la voz de una actriz muy conocida, perturbando la tranquilidad de parte del condominio y vecindario. Este acontecimiento correspondería, entiéndase, a una onda frecuencia (como toda nueva tecnología, “de punta”). Y está de más afirmar que no era la aparición de un ente metafísico proveniente del plano astral con el fin de corromper la ecuanimidad, ya sea de un determinado individuo o conjunto de individuos. La teoría que surge es que efectivamente estaba destinado a un receptor (o receptores, dado en la praxis). Del mismo modo, gracias a las telecomunicaciones, opera el famoso “chuponeo” que devela las conversaciones de diversas personas importantes en relación a sus posiciones políticas, perspectivas; claro está que si se aplica este método a un político corrupto, se torna bien empleada la función por la cual se debió crear. El vacío surge cuando una persona, dueña de esta tecnología, utiliza este medio para fines enteramente personales y maléficos. A fin de cuentas, el hombre la creó y, este, comete errores que empañan su condición.

Según la enciclopedia libre Wikipedia, una frecuencia se define de la siguiente manera: “magnitud que mide el número de repeticiones por unidad de tiempo de cualquier fenómeno o suceso periódico”. Así, esta, propia de los medios de telecomunicación, puede ser accionada por un individuo y, un individuo como tal, puede infringir daño, cometer errores gravísimos. Este pitido para nosotros, onda de frecuencia científicamente, puede golpear, transmitir (codificar y decodificar). Inclusive, por fácil deducción llegar a lo más profundo del aparato auditivo, originando fenómenos como “tinnitus” o “acúfenos” (de los cuales ya se habla que podrían provenir de alguna fuente externa; se justifica con la teoría del estrés tecnológico). Por consecuencia, hacer un mal de uso de las tecnologías características de un medio de telecomunicación, puede originar diversos padecimientos, como ya afirman algunos médicos. La dubitativa se encuentra en que si estos pitidos (ondas de frecuencias) que llegan al oído, son provocadas por un desperfecto del aparato con tecnología artificial o manipulada por un hombre “x” que como afirma el axioma ya acostumbrado, es su propio enemigo.

Por todo lo argumentado, regular los medios de telecomunicación, sus tecnologías (las cuales también son disfrutadas, claro que en mayor magnitud por un operador de servicios de telecomunicaciones como TELEFÓNICA) y más, se torna fundamentalísimo para el bienestar del pueblo. Hipótesis afirman que si estos pitidos-frecuencias desaparecen o, en su defecto, regulan, se disminuiría el estrés y los padecimientos que poseen a esta llamada enfermedad del siglo XXI, como síntoma; en ciencia es equivalente a apagarlas (se tendría que hallar el origen específico) o construir un campo magnético de la misma fuerza que anule todo.  En conclusión, controlar las antenas, satélites, aparatos característicos de los medios de telecomunicación en general, conllevaría tranquilidad a la fuerza vital del cuerpo humano. Bueno, ya es una realidad que la rama ecológica-ambientalista en las ciencias sociales está cobrando cada vez más preponderancia.

Con respecto a los medios de telecomunicación, el ilustre candidato Alejandro Toledo, muestra una posición de tolerancia; Pedro Pablo Kuczynski, apoya al “chuponeo” (bueno, deberíamos dilucidar a todos los tipejos que manejan estos aparatos); Keiko Fujimori, por el uso estratégico de los medios de comunicación que se dio en el gobierno de su padre, debería, de alguna forma, reivindicarse; y Ollanta Humala, busca o debe buscar, regularlos. En conclusión, mi voto va para quien descubra la proveniencia de las ondas de frecuencias (“acúfenos” o “tinnitus” externos para la teoría cientificidad del consciente) y por qué afectan cada vez más –mucho más- a diversos compatriotas. En relación a estos padecimientos en el mundo, la incumbencia recaería, obviamente, a los países determinados. También juzguemos nuestro voto, tomando como punto de referencia, la salud pública.

Una teoría –algo arriesgada- que planteo es que el estado pueda poseer en un futuro mediato, control sobre todos los medios de telecomunicación, para evitar usos inapropiados y hasta malignos. Así el filtro moral y ético controlado por el ANDA también podría instruir y revisar las acciones de los operarios, sobre todo, para evitar usanzas inadecuadas.


“Las ondas frecuencias son emitidas, indefectiblemente, por un aparato. Este, es controlado por el hombre”

“La capacidad tecnológica que puede desarrollar una onda frecuencia es inconmensurable”
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[1] Nacido en Lima en 1989. Estudiante de Sociología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fundador del Grupo Suicidas y editor de las antologías poéticas Suicidas Sub 21 (Editorial electrónica Remolinos, 2009 / Portal de Humanidades Liceus, 2008), Suicidas Sub 21: versión 2.0 (Feria virtual. I Feria Internacional del Libro Arequipa, 2009) y Suicidas Sub 21: versión final (Editorial Mondo Kronhela Literatura, 2010 / Revista Almiar, 2010 / Portal de Humanidades Liceus, 2010). Ha sido incluido en las antologías Veinte poetas: Muestra de poesía contemporánea (I.F-D. Editor. Lima, 2010), Lima: Visiones desde el dibujo y la poesía (Iván Fernández-Dávila. Editor. Lima, 2010), Poesía y Narrativa Hispanoamericana Actual (Visión Libros - Lord Byron Ediciones, Madrid, 2010) y Abofeteando a un cadáver (Bizarro Ediciones - Centro Cultural de España, 2007). Otros de sus textos, ya sean poemas, cuentos, artículos o ensayos, aparecen en diversos medios literarios nacionales e internacionales, como Amores bizarros (Perú), Proyecto Esquife (Cuba), Herederos del Caos (Estados Unidos), Papeles para el progreso (España), Remolinos (Perú), Letralia (Venezuela), Palabras diversas (España), Almiar -Margencero- (España), Literatura en breve (Perú), Ariadna Rc (España), Diario Risco (México), Incomunidade (Portugal), Literatura virtual (México), Casa del Poeta Peruano (Perú), Crónica literaria (Argentina), Liceus (España), Cinosargo (Chile), etcétera. Actualmente, es Vicepresidente del Instituto Peruano de la Juventud (IPJ). Pronto a publicar Suicidas Sub 21 (Raúl Allain / Iván Fernández-Dávila. Editores) y Poéticas (Iván Fernández-Dávila & Raúl Allain. Editores).