El 91% de consumidores apoya etiquetado de transgénicos

La mayoría de los argentinos consultados en una encuesta realizada en el país por la consultora internacional MORI quiere que se etiqueten los alimentos que contienen transgénicos. Greenpeace dio a conocer en una conferencia de prensa los resultados de esta encuesta nacional de opinión pública realizada por la Market & Opinion Research International (MORI).

 
De acuerdo a los datos que surgen de la encuesta realizada sobre un total de 1016 entrevistas, un 91 por ciento respondió afirmativamente a la pregunta: "Para Ud. ¿es importante o no es importante que se identifiquen en el envase si el producto es un alimento transgénico o no?".

Con respecto a la pregunta sobre evitar comprar elementos transgénicos o comprarlos igual, un 64 por ciento respondió que evitaría comprarlos, un 17 por ciento los compraría igual y un 19 por ciento NS/NC. "Estos datos reflejan que el consumidor argentino se toma en serio el derecho a saber y que lo reclama.

Mientras que el etiquetado de transgénicos se establece en cada vez más países, las autoridades argentinas siguen negándose a reaccionar y no hacen respetar el derecho a la información que tenemos todos para poder elegir lo que comemos y evitar que otros elijan por nosotros", dijo Emiliano Ezcurra, de Greenpeace.

Los cultivos transgénicos provienen de semillas que han sido genéticamente manipuladas. Es decir que por medio de ingeniería genética se colocan en el ADN de las células de vegetales como la soja o el maíz, genes de bacterias, virus, animales u otras plantas. Estos organismos vivos surgidos de un laboratorio no existen en la naturaleza y son objeto de numerosas críticas a nivel mundial, dado que su inocuidad para la alimentación aún no ha sido probada. Greenpeace llamó una vez más la atención sobre los recientes escándalos alimentarios en EEUU con la aparición de un producto que contenía un tipo de maíz transgénico no apto para el consumo humano.

Según la entidad, el etiquetado es la única herramienta con que cuenta el consumidor para tomar medidas preventivas ya que de producirse alguna afección alimentaria no sería hoy posible establecer si fue producto de la ingesta de un alimento genéticamente manipulado o no.

"El etiquetado es una demanda justa y fundamentada que reclaman miles de entidades de consumidores en todo el mundo. Es una herramienta útil y efectiva que respeta a los consumidores y da transparencia al mercado de alimentos", concluyó Ezcurra.

Para Greenpeace la actitud contraria al etiquetado demuestra la falta de voluntad de una política alimentaria transparente que juega, tarde o temprano, en contra de los propios intereses de las empresas que venden estos productos.

Fuente: Greenpeace