al volanteDesde la incursión de Uber como medio alternativo a los taxis, se conoce una serie de opiniones, elogios y quejas que permiten tener idea de cómo funciona el sistema.

Para ser usuario de Uber es necesario contar con un teléfono inteligente y cargarle la aplicación de Uber, con la cual se puede utilizar el servicio, que emplea geolocalización para determinar el lugar desde donde se origina la llamada y el punto de destino, que el interesado debe especificar; con  el dato del punto de destino, el sistema informa cuál es el costo del pasaje y además si hay cerca un auto de Uber, al que llama el interesado.

En general, Uber cobra algo menos o igual que los taxis comunes (muy raras veces cobra más) y por promoción a veces no cobra el pasaje o hace descuentos.

Problema
Sin embargo, no todo es positivo. Tenemos quejas del público sobre choferes que se hacen los desinformados y no toman en cuenta que Uber ha determinado costo cero o ha hecho un descuento. Conocemos un caso en que el chofer conocía, que es lo normal, el precio establecido para el viaje, pero cuando el pasajero le indicó que le había salido gratis, simplemente dijo que no le constaba porque no tenía la aplicación, lo cual es insólito e increíble.

Lamentablemente, es difícil reclamar a un chofer porque no se sabe si es una persona decente o un hampón que va a sacar su cuchillo o pistola si está enojado por el reclamo.

Esta conducta de los choferes se explica por la presencia de innumerables delincuentes que se dedican a hacer taxi y que, al estar “limpios” o “pasando piola” (al no tener aún antecedentes policiales), se inscriben en Uber, aprovechan cualquier ocasión para engañar y de hecho roban al pasajero y desprestigian a la empresa.

Otro aspecto adverso es que si bien Uber envía al usuario mensajes por correo electrónico para comunicarle que usó el servicio de tal a cual lugar, no responde cuando el pasajero informa de la estafa que cometen los conductores. A esto añadamos que para eludir responsabilidades Uber no tiene central telefónica, lo que impide que los pasajeros puedan denunciar los robos y engaños de manera inmediata. Las autoridades deben exigir a Uber que ponga en funcionamiento su central telefónica, tal como tienen las empresas que hacen taxi remisse; debe ser así porque estamos hablando de una empresa que, como cualquier otra, gana dinero del público peruano.

No esperemos que, como en otros países, los choferes de Uber asalten o violen; hay que poner las cosas en su sitio.