Cocinar alimentos calientes con cucharas de plástico, espátulas y batidores puede contaminar con químicos tóxicos a su familia, advierten los científicos. Y en el Perú a la Digesa no le interesa controlar la venta de utensilios de cocina.

 

cucharon plastico

 

Los expertos dicen que las cucharas de cocina, los batidores y las espátulas emiten oligómeros dañinos y desencadenan enfermedades en el hígado y la tiroides, en especial si se emplean en alimentos a más de 70° C . También hay bebidas para la venta  se vierten hirvientes en recipientes plásticos.

Cuando se acumulan en dosis altas, estos químicos artificiales pueden desencadenar enfermedades hepáticas y tiroideas. También se han relacionado con infertilidad, cáncer y colesterol alto.

La severa advertencia se emitió en un nuevo informe del organismo de control de seguridad alimentaria, el Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos (Bfr Riesgos (Bundesinstitut für Risikobewertung, www.bfr.bund.de).

Para la cocina se puede encontrar a hora muchos utensilios de plástico esistentes como para soportar temperaturas de ebullición y permanecer a prueba de grasa, lo que atrae a los consumidores y los llevan a sus cocinas.

Los estudios en animales han demostrado que estos productos químicos aumentan los tumores en el hígado, el páncreas y los testículos de los ratones, además de reducir su fertilidad.

Estas sustancias químicas escapan cuando el plástico se calienta y pueden engancharse a los alimentos si los utensilios están en contacto directo y aconsejan al gobierno que obligue a los fabricantes a recopilar datos sobre la cantidad de oligómeros que desprenden sus productos cuando se calientan.

Faltan datos sobre los efectos tóxicos de los oligómeros en humanos. Pero los científicos de Bfr estimaron el riesgo en función de lo peligrosos que eran los productos químicos con estructuras similares.

El enfoque clasifica las sustancias en las llamadas clases de Cramer. Cada una de estas clases se asigna a una ingesta diaria máxima que es poco probable que presente un riesgo para la salud humana.

Llegaron a la conclusión de que ingerir pequeñas cantidades, 90 microgramos, sería peligroso para la salud de alguien que pesa 60 kg. No obstante, cuando los científicos pusieron en práctica su teoría, encontraron que muchos utensilios domésticos emitían oligómeros en cantidades mucho más altas de lo previsto.

Observaron 33 artículos y descubrieron que 10 de ellos, el 30%, podrían exceder fácilmente el límite diario de 90 microgramos si se cocinaran varias comidas con ellos. Otros estudios señalan que no sólo con el calor, sino con el contacto con materias grasas, los plásticos producen reacciones químicas.

A la Digesa no le interesa

Puede ser un componente de corrupción el por qué de la falta de interés de la Digesa en controlar los alimentos y objetos relacionados. Vemos que les gusta figurar solamente en campañas sobre máscaras y otros de Halloween o sobre los artículos de chamanes y baños de florecimiento. Eso está bien, pero no se ve que trabajen mucho más allá de eso.

Así, por muchos años vimos que a nadie le interesaba qué leche tomaban nuestros niños hasta que estalló el escándalo de la leche Gloria rechazada en Panamá por no ser leche. ¿Cuánto tiempo durmió la Digesa? Hoy se sabe que Gloria entregaba dinero o precoimas a políticos. Tanto el Congreso (normando y fiscalizando) como el Ejecutivo (también normando y dirigiendo a instituciones como la Digesa) tienen que ver con el control de alimentos.

Con Nuestro Perú llamó a la Digesa para preguntar qué hacen para controlar los utensilios de cocina, pues no se trata sólo de plástico, sino que los metales también pueden ser tóxicos, nos dijeron que ellos no controlan y cuando les preguntamos entonces qué institución controla eso, la encargada se negó a dar su nombre y tiró el teléfono.

Tras eso hemos recibido una disculpa de la Digesa, pero hasta ahora no responden, si la Digesa no controla, quién en el Estado va a controlar la venta de utensilios de cocina. La presencia de tóxicos en ellos es más grave que la de los productos de Halloween o baños de chamanes porque con eso se prepara la comida TODOS LOS DÍAS. Todo apunta a que ES LA DIGESA la institución que debería hacerse cargo de ello.

Ya Hildebrandt en sus Trece también ha reportado una actitud displicente de la Digesa. Nosotros también hemos reportado otros casos y no les ha interesado investigar.