cafe granel 1Por Cristóbal Llanos*

Para preparar una taza de café se requieren entre10 y 20 gramos de café tostado, para sembrar una hectárea de café, se requiere, haber brozado (incendiado) unas 10 hectáreas de bosque húmedo tropical, haber sembrado piñas para suavizar la tierra y haber inutilizado para la vida animal unas 100 hectáreas de selva hábitat.

El hábitat de los felinos como el puma, o mas en la selva, el tigrillo, el jaguar y muchos otros, es muy amplio y son animales que necesitan grandes áreas de desplazamiento en búsqueda de alimento.

Los constructores de carreteras, las hacen al borde de los ríos, impidiendo con esto que todas las especies de venados, tapires, otorongos y en general los sufridos habitantes de la selva, puedan ir a tomar agua. San Francisco de Asís, un sensible amante de la vida, no hubiera concebido tamaño despropósito.

Los poblados en tierras de selva alta, implican una total deforestacion de entre 100 y 200 Has por poblado, contaminación de los ríos y ........¡de las mentes!

En estos días, los nativos ashaninkas se rasgan las vestiduras, diciendo que ellos SI cuidan el medio ambiente, cuando la verdad es que de todo el café que se produce en Perú, las comunidades nativas aportan un tercio, ellos una vez vestidos de civil y otras de nativo, participan de la vida social activamente sacando provecho de esa dualidad, pero obviando el hecho de que han barrido ¡un millón de hectáreas de selva alta para café y como la mitad para cacao, además de la madera, palmeras y plantaciones de frutales!

No hay que olvidar que el tema ashaninka tiene su origen en que los ashaninkas establecen su espacio ecológico y no permiten que la "civilizacion" avance más, las mineras tuvieron que poner torres, hacer pasar cables y otros por en medio del corazón y núcleo central de la nación ashaninka, pues bien Fujimori y su gente, les propusieron poner electricidad eterna, limpia y gratis en mutua concesión y ¡por supuesto! nunca cumplieron, eso, entre otras causas, condujo al llamado "baguazo".  

En efecto, la causa es justa, como injusto es que hayan metido a todo el mundo en el problema por haber negociado con Fujimori.  

Lo que debe aclararse, pues no forma parte del debate actual, insulso por sobre todo, es que el tema no es medio ambiente, el tema es conservación.

Mientras que Gastón ha entendido que debe controlarse la depredación del camarón, y en el norte las comunidades y gente como Peter Henry en Máncora, están RESCATANDO a los árboles y especies nativas como la pava, los zorros del Pacífico, ofidios y animales que tienen derecho elemental a vivir en su hábitat, en la selva alta cada nueva hectárea de café Tunki, el más fino del mundo, el ecológico, el orgánico: ¡arrasa con la vida animal, con los ríos y el bosque húmedo tropical!

Para obtener un kilo de café se requieren veinte litros de agua pura de río, fría, fresca y sana, después el beneficio regresa eso más el 50 % de aguas de fermentación, podridas, contaminantes sin ningún tratamiento.

Casi nadie recuerda que Costa Rica DETUVO las nuevas siembras cuando, hace veinte años se constatò, que TODOS los ríos estaban contaminados por pulpa de café. No más pescados ni nada.

Antes de que entrasen los colonos al río Perené, el paso de las tortugas de río duraba más de dos horas y los nativos solo tenían que disparar sus flechas al cielo, para cazar y obtener la carne y caparazón para sus instrumentos, estamos hablando de ver esto a media hora de La Merced, inimaginable.

Las boas, tigrillos y demás especies, hace cuarenta años, se aparecían en la parte de atrás de la cabaña, hoy se tiene que viajar dos días en carro desde Pucallpa para talar un árbol.

Mientras que la modernidad, libre capacidad de invertir, están poniendo el desierto de la costa como la promesa del futuro, las zonas cafeteras y cacaoteras, son difíciles de catalogar. Son un permanente tema de conflicto en búsqueda de culpables a la ineficiencia y el retraso, se quejan de todo y de todos, pero no entienden que tienen que devolver esos millones de hectáreas que no compraron y que quemaron, dejando sin hábitat a las especies nativas, como a ellos los dejan las mineras.

Hay programas enormes que promueven y realizan labor efectiva en la reconstrucción del bosque húmedo tropical, concientizando y certificando cafetales que recuperen bosques, pero la suma de las cosas que se pueden y deben recuperar es muchísimo mayor, y las necesidades de la gente, también, el cafetal peruano ha crecido 10 veces en veinte años, hoy Colombia está en reconstrucción asolado por cincuenta años de explotación porque el cafetal simplemente se murió. Y no dejó selva.

Por supuesto, los temas hoy cambian como de página: medio ambiente, cambio climático, es irrelevante el cambio climático si la selva alta desaparece. Los distintos microclimas dependen de este nivel ecológico, hay que entender que donde no se podía sembrar café por muy frío ahora sí se puede y regresar hacia la selva alta andina y parar la ida hacia el llano amazónico. Hay cafetales a diez horas por río desde Satipo, eso es agricultura en zona que debe ser intangible.

Hace como diez años, conversando con un alto dirigente cafetalero, le comentaba la cantidad de tierra que se requiere para sembrar café y él transmitió, con idea sagaz, el concepto de certificados de tierra, si tanto les molesta la depredación del bosque ¿por qué los tostadores y demás defensores del bosque no compran cafetales para hacer bosques, es decir, hacen bosque en los cafetales? ¿y con una producción mínima que promueva la fácil recuperación del medio ambiente, o simplemente compran cafetales y hacen bosques?. No hubo eco, es mas conveniente andar quejándose, eso trae más réditos y, sobre todo, recibes, ¡no inviertes!

La mayor parte de los cafetales del Perú, más de dos tercios, tienen solo veinte años, lo indica el volumen exportador en los 80 y ahora. Es decir son bosque húmedo tropical y bosque tropical, con mucha mayor exposición que el bosque de hace 50 años cuando se funda Villa Rica, o 100 años atrás, en esa época el bosque y la selva eran mas fuertes, ahora no existe esa condición, los colonos avanzan cada vez más rápido sin control, cambiando un paisaje por un cultivo que no es el mejor hoy en día, por eso y porque cultivos en Costa y en Sierra rinden mucho más, pero los cafetaleros son un capital político, al final a nadie le importa lo que pasa con el hábitat. No existe el concepto conservación, lo han cambiado por impacto ambiental, no existe hábitat sino frontera agrícola, no hay INADE, no hay dirección de foresta y fauna, solo prevalece la necesidad de satisfacer el concepto de libre empresa pues cualquier obstáculo es inconstitucional.

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16.12.2014
http://www.voltairenet.org/article186215.html?var_mode=recalcul