contaminacion carbonoPor Eduardo González Viaña

Una señora para un ómnibus y le pregunta el chofer: “Señor, ¿qué puedo tomar para ir al cementerio?”



El chofer contesta: “No sé, cianuro tal vez.”

Un pasajero de adelante añade: “No tiene porque ir a comprarlo. Quédese aquí mismo, en el paradero, y aspire y expire profundamente: Uno, dos, tres…”

Si los republicanos llegan a la presidencia en el 2016, chistes como el anterior ya no podrán ser contados en público con tanta libertad. Eso puede ocurrir porque la posible derecha triunfante sostiene que el derretimiento de los glaciares, los maremotos y el cambio del clima en todo el mundo son simples coincidencias. Por otra parte, ninguno de los probables candidatos de ese partido cree que el calentamiento global haya sido causado por la actividad humana.

Los candidatos derechistas se niegan además a admitir las advertencias de los científicos sobre el particular. Ya varios de ellos han respondido a las preguntas sobre el particular con la famosa frase del “latinou” Marcos Rubio:

“Oh, men. 'I'm not a scientist,”

Por su parte, Hillary Clinton la más probable candidata de los demócratas, ha respondido:

“Y si no son científicos, ¿por qué no comienzan por preguntarles a ellos?

 Los republicanos rechazan cualquier regulación gubernamental de las actividades extractivas o industriales que lo están causando.

Por supuesto, la razón estriba en que el partido recibe un enorme apoyo financiero de empresas de combustible fósil y de parte de las gigantescas corporaciones de la industria más contaminadora.

Felizmente, en los Estados Unidos no se procede como en el Perú donde a los campesinos que defienden el ambiente o que ven morir a sus vacas envenenadas por las actividades de las grandes mineras, se les acusa de antisistema, antimineros, antiperuanos e incluso de “terroristas”, una acusación que puede acarrear muchos años en prisión luego de un juicio dudoso.

El senador texano Ted Cruz, el otro “latinou” en el marcador de carrera, asegura que “Los satélites han demostrado que no ha habido ningún cambio significativo en el planeta durante los últimos 17 años.”

Por nuestra parte, quienes vivimos en el planeta tierra, suponemos que el señor Cruz debe de haber estado en el interior del satélite orbitando y dormitando durante estos últimos 17 años.

Los ecologistas esperan que si los Demócratas conservan la Casa Blanca el próximo año, el siguiente presidente preservará y profundizará las políticas de Obama para reducir la contaminación de carbón y enfrentar el cambio climático global. Las encuestas señalan que la mayoría de la población y dentro de ella un 75 por ciento de los hispanos tienen esa esperanza y esas convicciones.

Mientras tanto, el Vaticano está difundiendo esta semana la muy anticipada encíclica del Papa Francisco sobre el ambiente y el cambio de los climas. Se conoce bien la posición del Pontífice que culpa al capitalismo salvaje de la contaminación de la atmósfera y hace de la batalla contra el calentamiento una obligación moral.

Por su respetable voz y su gran influencia, la palabra del humilde pastor argentino va a ser histórica. Es obvio que en los Estados Unidos y en el resto del mundo, chocará violentamente con la posición de quienes obvian el envenenamiento del planeta y la desesperación de los campesinos pobres y se ponen al servicio de las grandes corporaciones extractivas.

Por lo pronto, los derechistas ya comenzaron a decir que el Papa Francisco es marxista, es el Anticristo y es el hombre más peligroso del planeta.

¿Qué pasará si triunfan los republicanos? Tal vez ese día tendrá mayor sentido este chiste ecológico:

Dos cuervos, uno de barba y otro muy jovencito, están posados sobre una roca en un desierto que fue anteriormente un verde bosque de Oregón. El más joven le pregunta al otro:

“Abuelito, ¿cuando eras niño llegase a conocer el ambiente o ya para entonces era medio... ambiente?

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