En lugar de dejarse llevar por “delirios de orden”, las autoridades deberían permitir que los prados florezcan, porque sin ellos insectos están muriendo y con ellos los pájaros cantores, según los especialistas.
 
 Alemania se está volviendo más colorida, en el verdadero sentido de la palabra.En muchas carreteras y prados en el centro de las ciudades ya no se ve solo el color verde de los céspedes. Numerosas plantas están floreciendo en amarillo, blanco, azul y rojo. La tendencia se desencadenó sobre todo por las advertencias de los defensores de la naturaleza: los insectos están muriendo y con ellos los pájaros cantores. Por lo tanto, para finales de año, el Gobierno alemán también introducirá una ley de protección de insectos.
 
 
margaritas
 
Uno de los pioneros es el agrónomo Christian Schmid-Egger, quien está a cargo de un proyecto en Berlín para proteger a las abejas silvestres, de las cuales hay casi 600 especies en Alemania. Y, donde hay abejas silvestres, también hay escarabajos, otros insectos y pájaros cantores.
 
El gran enemigo de las abejas silvestres es el idealizado césped inglés, completamente sin plantas ni hierbas con flores. Solo ese tipo de césped se ve "ordenado" a ojos de alguna gente, recuerda Schmid-Egger: "Residentes y autoridades se resisten. El orden tiene un valor muy alto en Alemania, pero mientras tanto estamos exterminando insectos con este orden". En lugar de dejarse llevar por "delirios de orden”, las autoridades locales deberían dejar que los prados florezcan, según Schmid-Egger. Así los insectos tendrían algo más en su menú. Y cuanto más diversas sean las flores, mejor. Algunas abejas silvestres son especialistas en polen, y solo visitan plantas por ciertas razones.
 
"¡No se quejen aquí!"
 
Los viejos ideales de belleza urbana no son el único problema para las abejas silvestres. Bengt Kanzler, alcalde de Vetschau, un municipio de 6.000 habitantes cercano a Berlín, conocido por el adyacente Bosque del Spree, se unió al movimiento "Municipios Libres de Pesticidas" hace dos años. Ahora hay alrededor de 500 de estos grupos en toda Alemania. Se dice que los pesticidas están diseñados para matar plagas o malas hierbas, pero también matan plantas y animales útiles, como las abejas silvestres. Además de prescindir de los pesticidas, los municipios también podan con menos frecuencia para que los prados puedan florecer. La decisión no tuvo consecuencias negativas, informa Kanzler. Por el contrario, donde se corta menos, también hay menos costos.
 
Ahora hay cinco áreas de este tipo en Vetschau, incluyendo carteles con información. En entrevista con DW, el alcalde traduce las señales de manera fácil: "No te quejes, nadie se ha olvidado de podar aquí, ni la asociación de viviendas ni la ciudad son descuidadas, esto se hace muy conscientemente".
 
Lo silvestre no siempre es bueno
 
Pero los nuevos prados no florecen sin esfuerzo, advierte Kanlzer: "Para tener una pradera con flores no basta con tomar cualquier prado ya existente y no significa que no se tenga que cortar el césped y todo bien”. Hay que sotar la tierra y sembrar.
 
Pero a veces ni siquiera eso es suficiente. Porque "silvestre" no siempre es significado de "bueno" para las personas. En Vetschau, la ambrosía, una planta altamente alergénica, se ha estado propagando durante años. Normalmente, los voluntarios junto con el ayuntamiento arrancarían esta planta problemática. Sin embargo, si la zona es realmente grande, todavía se necesitan elementos químicos, dice Kanzler. Tales excepciones son posibles y sobre todo necesarias. Porque de lo contrario, las consecuencias serían peores.
 
Por su parte, Stella Weweler cuenta las plantas en un área marcada. Una vez al mes se hace un mapa de plantas en el prado de flores silvestres en una curva del río Spree en el distrito gubernamental de Berlín. Este prado es una de las dos docenas de áreas del proyecto de conservación de abejas silvestres en Berlín.
 
Un prado debería florecer de abril a octubre. Pero para que esto funcione, esta área probablemente también tenga que ser acortada, dice Weweler, a pesar de que se ve tan hermosa. Pero, para asegurarse de que las abejas silvestres no se vayan con las manos vacías, el cortacésped solo cortará la mitad del área. La otra mitad tendrá que esperar hasta que algo haya vuelto a crecer. Si no crece nada, la segunda mitad no será cortada. El destino de las abejas silvestres es lo principal.
 
Normales en algún momento
 
Este proyecto tiene objetivos a largo plazo. Se pretende proporcionar la mayor cantidad de información posible para el "Manual de Espacios Verdes" en zonas urbanas, según Weweler. Porque en algún momento, la ciudad debería ser capaz de manejar tales prados por sí misma. Para ello, se necesitan informes de experiencia e instrucciones prácticas. Los prados de flores silvestres también necesitan mantenimiento, comenta Weweler. Si no se los cuida, crecerían allí arbustos y árboles después de unos años. Ese es el comportamiento normal de la naturaleza.
 
 
DW, 17.07.2020