Aleksandr Dunáev
 
Con la ola de calor, traída de África por el anticiclón Lucifer, Italia bate el récord de temperatura europeo y se prepara para un tórrido fin de semana.
 
 

Venecia gondolas

 

 
Las nubes grises que este martes cubrían el cielo de Roma hacían creer que la capital iba a salvarse del calor que puso de rodillas a toda Italia. Sin embargo, la breve lluvia que siguió, en vez de traer frescura, sumió la Ciudad Eterna en el afa, aire húmedo y caluroso, y dejó los vehículos salpicados con la fina arena del Sáhara que cayó con las gotas: motivo de disgusto para los automovilistas y de alegría para los gestores de túneles de lavado de coches.
 
LUCIFER, EL ANTICICLÓN
 
No es una casualidad, si lo llaman Lucifer: el anticiclón de origen africano trajo a Italia una ola de calor infernal, que se mantendrá hasta el fin de semana. La lista de las ciudades, en las que el Ministerio de Sanidad decreta la alerta roja, crece de un día para otro: el miércoles eran ocho, el jueves diez, el viernes ya serán quince, incluidas Roma y Florencia.
 
Las recomendaciones de las autoridades sanitarias son simples: moverse menos en las horas más calurosas del día y beber más agua. “Menos mal que en Roma hay muchas fontanelle (fuentes de agua), con este calor es una verdadera salvación”, comenta a Sputnik Roberto, un romano que vive en París y vuelve a casa para las vacaciones de verano. “Ya, es un privilegio”, sonríe su amigo Francesco.
 
Toda Italia sufre el calor, pero las temperaturas son particularmente altas en las regiones meridionales del país. De hecho, el 11 de agosto Lucifer permitió a Sicilia establecer un récord poco envidiable: en la localidad de Floridia, situada en el sureste de la isla, los termómetros mostraron 48,8 grados Celsius.
 
Si lo confirma la Organización Meteorológica Mundial, Floridia se convertirá en el lugar más caluroso del Viejo Continente, arrebatando el título a Atenas, que lo mantuvo durante más de 40 años, después de que el 10 de julio de 1977 registró la temperatura récord de 48 grados.
 
PROBLEMAS ESTIVALES
 
En estas semanas en Italia las temperaturas son más de 10 grados superiores a la media, lo que exacerba los problemas típicos del verano. En Floridia, donde no llueve desde mediados de abril, los agricultores dicen que los limones y las tradicionales naranjas rojas sicilianas se defienden del calor, cerrando las hojas, lo que ralentiza el crecimiento de frutos.
 
Aun más preocupados están los criadores de ganado. Un bovino bebe 100 litros de agua al día, con lo cual los agricultores deben buscar desesperadamente agua en todos los pozos disponibles.
 
Y por su puesto, en Sicilia, como en otras regiones del sur de Italia, el calor crea una situación muy precaria en las zonas forestales. De hecho, según los datos recogidos por la Confederación Nacional de Cultivadores Directos (Coldiretti), este verano los grandes incendios en Italia se triplicaron respecto a la media del período entre 2008 y 2020, causando daños para millones de euros para el medioambiente y la economía.
 
¿QUIÉN ESTÁ DETRÁS DE LOS INCENDIOS?
 
Si los bosques arden más de lo habitual, no es tanto por el calor, cuanto por la acción humana. Según los datos de la asociación ecologista Legambiente, el hombre causa el 98 por ciento de incendios y en el 57,4 por ciento se trata de casos intencionados.
 
Hay quien lo hace por despiste, tirando un pitillo desde la ventanilla de su coche, o por ser pirómano, como un voluntario que fue arrestado por la Guardia Forestal, cuando se supo que primero provocaba incendios y después ayudaba a los bomberos a apagarlo.
 
Algunos simplemente quieren hacerse un selfi bonito, como esa pareja de la ciudad de Pescara que a principios de agosto trató de reavivar un foco en un incendio ya extinguido para después poder asombrar a los amigos con una foto en medio de las llamas.
 
Sin embargo, a menudo detrás de los incendios están los criminales. En 2020 más de la mitad de los incendios dolosos y el 82 por ciento de la superficie dañada por el fuego fueron registrados en Sicilia, Calabria, Apulia y Campania, las cuatro regiones italianas con la mayor presencia mafiosa.
 
Para los criminales el fuego no es más que un instrumento para reforzar su control sobre territorios que pueden tener un interés económico. Por ejemplo, según el Departamento Antimafia de Sicilia, varios incendios en la región podrían haber sido causados por grupos mafiosos, interesados en instalar equipos fotovoltaicos.
 
Con Lucifer o sin, el problema de los incendios intencionados permanecerá. Aquí el remedio no tiene nada que ver con la meteorología, ya que consiste en inculcar la educación cívica en los ciudadanos y seguir luchando con la mafia. 
 
 
Con información de Sputnik