Han pasado 25 días desde que cerca de 12.000 barriles de petróleo se vertieron en el mar de la capital peruana en un accidente ocurrido en la refinería La Pampilla, operada por la empresa Repsol. Las secuelas están lejos de desaparecer.

 

derrame Ventanilla ene 2022 repsol

 

Más allá de los evidentes daños al ecosistema marino de esa zona, cuya mancha de crudo llegó a extenderse hacia la costa norte de la capital peruana en un área que se ha calculado equivalente a 16.000 canchas de fútbol, el daño humano mayor lo han recibido los pescadores artesanales de la zona.

Marco Munar es director de Red Marina, organización peruana que vela por el cuidado del mar y las playas, así como por la corriente de Humboldt. En conversación con la Agencia Sputnik detalla lo que ha atestiguado luego de días de estar en la zona del desastre.

"La gente cree que en pocas semanas esto se va a mejorar y de nuevo van a poder pescar, es una lástima que estén viviendo en una mentira porque cada vez va a ser más difícil que los peces se acerquen a esa zona. Hemos estado en toda esa zona y el mar no presenta mucha vida", dice Munar, divulgador científico.

PROBLEMA DE FONDOS

De hecho, se estima que si bien la mancha de crudo es cada vez menos visible, el contaminante se halla de manera submarina o en el lecho a manera de sedimento.

La zona afectada no es la más frecuentada por los bañistas de Lima en época de verano, y gran parte, como la zona conocida como Pasamayo, son acantilados en donde no hay playas, aunque sí una actividad pesquera a pequeña escala, ya sea con botes pequeños o desde las peñas donde la pesca se realiza con cordel.

Munar explica que la empresa Repsol ha optado por dar canasta con víveres a los pescadores o que les han ofrecido trabajo limpiando las playas cuando no son personas capacitadas para esa labor.

Frente a esta situación, algunos pescadores han optado por buscar zonas donde no estén contaminadas las aguas.

"No están pescando ahora en la zona afectada. Algunos están saliendo a altamar para poder capturar algo y muchos de ellos han sido contratados por Repsol para que ayuden a la limpieza. Nadie está calificado para limpiar nada y esto es peor porque hay zonas de anidación de aves y, sobre todo, el espacio de las madrigueras nutrias marinas (especie endémica de la zona)", indica el director de Red Marina.

Munar explica que como el desastre ha ocurrido en la zona cercana a la costa, quienes no pueden adentrarse con sus pequeñas embarcaciones a altamar están eligiendo trasladarse a otras zonas de la costa limeña, particularmente al sur a donde el crudo no ha llegado.

Sin embargo, los pescadores de las peñas sí han sido completamente afectados pues realizan pesca desde los acantilados o islotes, lanzando sus cordeles para capturar especies que ya no es posible encontrar.

CORRIENTE DAÑADA

Asimismo, Munar señala que la corriente de Humboldt, una corriente de agua fría que recorre la costa de sur a norte desde la mitad de Chile hasta la frontera peruana con Ecuador, es una de las grandes afectadas y cuyas consecuencias las van a sufrir los pescadores.

Sucede que la corriente de Humboldt actúa como un "corredor alimenticio" para muchas especies que viven del plancton que ésta traslada, por lo que la cadena trófica se ha visto irremediablemente afectada.

Asimismo, la remoción de arena en las tareas de remediación se calcula que afectará a la corriente de Humboldt con el consecuente perjuicio para los pescadores artesanales, la parte más delgada del hilo en el que es considerado el peor desastre ambiental en la historia marina de Perú.

 

Con información de Sputnik