Ramiro Barreiro

Según datos oficiales y de organismos técnicos, se estima que 10 por ciento de la superficie de la provincia argentina de Corrientes (este), mayor a Austria o la República Checa, ya fue afectada por los incendios que comenzaron a mediados de mes.

 

yacares atrapados incendio Corrientes feb 2022

 

Se trata de unas 800.000 hectáreas quemadas de las cuales 460.000 son humedales, pastizales y bosques, el hogar de especies amenazadas de extinción como el venado de las pampas, aguará guazú y el yetapá de collar, entre otras. Pero también de numerosos animales que hoy se ven atrapados entre las llamas, sufriendo un impacto sobre la biodiversidad que incluso continuará cuando el fuego se apague.

"Las aves son afectadas -sobre todo pichones y animales juveniles-, pero mucho más afectados son los anfibios como ranas, sapos y reptiles que no tienen capacidad de escape. Básicamente se queman vivos, mueren miles", cuenta a la Agencia Sputnik el doctor en ciencias biológicas y profesor de la Universidad del Litoral Alejandro Giraudo.

Carpinchos, ciervos de los pantanos, lobitos de río, yacarés, lagartos, monos carayá y curiyúes (o boas amarillas) también son especies perjudicadas por las llamas, según alerta la organización ambiental Greenpeace.

"De unas 600 o 650 especies de vertebrados terrestres en Iberá tenes unas 40 especies de vertebrados que tienen una amenaza importante. Tienen poblaciones muy exiguas y estas catástrofes pueden llevar que se vean muy disminuidas en su riesgo de extinción y en algunos casos la desaparición", advierte el biólogo.

Entre esas especies se destacan el tordo amarillo, los capuchinos y el yetapá de collar, ave emblema del Parque Nacional Esteros del Iberá.

EFECTOS DURADEROS

El daño será sostenido en el tiempo, de acuerdo a Giraudo, porque "además de matar animales mientras el fuego va propagando también los deja sin hábitat y sin refugio y para la temporada siguiente, y tal vez no tengan opciones para nidificar".

"En el caso de los hábitats, los pastizales y esteros posiblemente se recuperen más rápido, en meses o años, pero los bosques son prácticamente irrecuperables o son recuperables en décadas", añade el investigador del Conicet, la agencia científica argentina.

Ese es el principal problema que por estas horas advierten los ambientalistas, dado que los bosques son ambientes con mayor diversidad de plantas y animales, que ya estaban siendo sometidos a la deforestación y ahora también a fuegos.

La Fundación Rewilding es una de las organizaciones con mayor presencia en el terreno. Sus brigadistas trabajan espalda con espalda con los bomberos provinciales y las dotaciones enviadas por el Gobierno nacional.

En la Isla San Alonso, Rewilding está reintroduciendo a la nutria gigante y al yaguareté, especies cuyas poblaciones son muy bajas, pero ya se preparan equipos para evacuar a los animales en caso de que las llamas sigan avanzando, como ya hicieron con otros animales con los que trabajan.

"Estamos viviendo los efectos de la crisis climática en primera persona: vemos arder montes húmedos y humedales desde las bases porque el material vegetal que antes estaba cubierto por agua quedó expuesto por las prolongadas sequías y hoy es material combustible. La recuperación es posible, pero necesitaremos tiempo y la presencia de las especies de fauna clave de Iberá para tener éxito en la restauración que se viene" comenta la Directora Ejecutiva de Fundación Rewilding Argentina, Sofía Heinonen.

Según confiaron a esta agencia desde la fundación, la mayoría de los animales reintroducidos fueron hallados vivos y en buen estado hasta el momento, mientras que los animales en etapa de adaptación, como guacamayos y muitúes, fueron retirados del campo y trasladados al Centro de Conservación Aguará, en Corrientes, hasta que la situación mejore.

La presencia de estos animales vivos, tras el fuego, sugiere que su adaptación al ambiente y a los cambios repentinos que puedan darse fue exitosa. Ahora podrán participar en la restauración del ecosistema a través de sus roles ecológicos, sostienen.

Es una buena noticia en medio de tanto desastre, sobre todo porque los Esteros del Iberá son probablemente la última muestra en Sudamérica de pastizales subtropicales en buen estado de conservación en grandes extensiones.

Las condiciones ecosistémicas lo convierten en el lugar ideal para reintroducir especies extintas localmente, contribuyendo a recuperar un humedal más completo, que se adapta mejor y se recupera con mayor rapidez y eficiencia de crisis ambientales como las que vive el planeta.

 

Con información de Sputnik