Dolares


Humberto Campodónico


La libre entrada y salida del capital de corto plazo (CCP) es un hecho reciente. Hasta mediados de los 80, el FMI propiciaba la libre entrada y salida de los capitales ligados al comercio y la inversión, pero no de los CCP.


Esto cambió a fines de los 80, cuando —yendo más allá de su mandato— el FMI tomó partido abierto por Wall Street, como lo demuestra Joseph Stiglitz en El malestar en la globalización. Fue el FMI quien exigió que los países del Sudeste Asiático se abrieran al financiamiento de los capitales especulativos de CP (que, además, no necesitaban).

Estos CCP produjeron un sobreendeudamiento artificial en el Sudeste Asiático (tanto de empresas como de particulares) lo que creó una "burbuja" de crédito barato (hubo también "boom" inmobiliario). Pero a mediados de 1997, el capital especulativo "perdió la confianza" y se fugó en masa de toda la Región, que entró en recesión.

El contagio le llegó a Rusia en agosto del 98 y de allí pasó a América Latina. En el Perú (que abrió la cuenta de capitales en 1991) el impacto fue tremendo: en solo 6 semanas (setiembre de 1998) salieron del país CCP equivalentes al 6% del PBI. Esto motivó la ruptura de la cadena de pagos y la recesión que duró hasta el 2001.

En el 2007-2008, el capital especulativo ha crecido aún más, sobre todo en el mercado mundial de divisas, que aumentó sus transacciones diarias de US$ 1.6 a 2.7 billones (trillones, en inglés) del 2004 al 2007, según una encuesta del Banco de Pagos Internacionales de Basilea a 54 bancos centrales (1). Este movimiento diario equivale a 26 veces el PBI del Perú de US$ 120,000 millones (ojo, el PBI es anual). Comparado con el movimiento diario de US$ 82,000 millones de la Bolsa de Nueva York, el mercado de divisas es 35 veces mayor.

Este mercado está súper concentrado y, según el BIS, los bancos son el 43% del total. Fueron ellos los que comenzaron aquí el ataque contra el dólar en enero, sobre todo el BBVA (allí trabajaba Carranza antes de ser ministro; ¿será por eso que no le gustan las medidas contra los CCP?) y el Deutsche Bank (Capitales golondrinos, BCR y MEF, 8/2/2008, www.cristaldemira.com).

Los principales economistas ahora afirman que la indiscriminada apertura de la cuenta de capitales fue un error, algo que también ha reconocido el FMI. Por eso, es clave poder limitar a esta plaga de langostas. Hace ya años que el economista Nobel, James Tobin, planteó un impuesto global a los capitales golondrinos.

También Paul Krugman, Dani Rodrik y Joseph Stiglitz dicen que es necesario aplicar medidas contra los capitales especulativos para poder manejar la política monetaria y cambiaria, evitando el "trilema imposible".

Pero su poder es grande. Así, en el TLC firmado con EE. UU. existen prohibiciones a la limitación de los CCP, lo que no existe en la OMC. Así, en el TLC con los "chiquitos", el capital especulativo logra lo que no puede en los foros donde están los grandes "que no se dejan": China, India, Rusia y Brasil, entre ellos. Nos preguntamos si Julio Velarde hubiera podido disponer las recientes medidas de estar ya en vigor el TLC.

Para terminar, es indispensable dejar de lado el mito de que poner límites a los CCP es ir contra la globalización, lo que "es un imposible". El hecho real es que esa medida es necesaria y funciona. Ya en EEUU, esta crisis ha hecho que el propio gobierno de Bush se plantee mejorar la regulación.

Pero, como dice Rodrik, la regulación no basta: "si se pudiera regular perfectamente el control de los futuros criminales, no se necesitaría controles directos sobre la libre venta de armas (en EEUU). Es la gente la que mata a la gente, no las armas, ¿no es eso lo que dicen los pro-venta libre? Pero la mayoría es lo suficientemente inteligente para darse cuenta de que tenemos un control imperfecto sobre la conducta futura de los poseedores de armas y por eso pensamos que el control directo tiene sentido. Lo mismo sucede con los controles de capitales". De acuerdo.

(1) Triennial Central Bank Survey, diciembre 2007, www.bis.org

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