Por Humberto Campodónico


Ayer, la Bolsa de Valores de Lima bajó por octava sesión consecutiva, con lo cual la pérdida del Índice General llega a 24.3% en lo que va del año. Lejos estamos del aumento espectacular del 2006, cuando la BVL tuvo la rentabilidad más alta del mundo, con 163.8% y, también, del más modesto 36% del año pasado.


Sin embargo, la noticia del día no fue la octava caída, sino "las dudas sobre las operaciones bursátiles", reseñadas por el diario Gestión. Afirma que "hay indicios de irregularidades porque en determinadas jornadas hay variaciones insólitas de precios de las acciones". Agrega que la propia reguladora del mercado de valores, la Conasev, afirma que "en una situación de mercado a la baja, podrían surgir ganancias ilícitas". Para completar la noticia, el superintendente de Banca y Seguros dice que "hay investigaciones abiertas contra dos AFP por malas prácticas en la Bolsa, incluso con multas de por medio".

La cuestión es que esas denuncias no vienen de ahora, porque en diciembre del año pasado, Federico Oviedo, gerente general de la BVL, declaró que la Conasev viene investigando 20 casos de malas prácticas bursátiles, de los cuales más de cinco tienen que ver con el uso de "información privilegiada". Agregó Oviedo que desconoce "en que están los procesos de investigación".

Lo que sorprende es, de un lado, la demora en los procesos —y las respectivas sanciones, si las hubiere— y, de otro, la escasa información que recibe el público sobre estas irregularidades. Lo que aquí está en juego es el dinero de millones de inversionistas (la mayoría de ellos aportantes del Fondo 3 de las AFP y de los fondos mutuos), así como de los accionistas minoritarios, que poco o nada saben de las "malas prácticas" en que incurren los conocedores del teje y maneje de las inversiones diarias.

El uso de información privilegiada consiste en conocer "desde adentro" lo que sucede en una o varias empresas. Por ejemplo, si un determinado balance va a ser bueno o malo. Si alguien compra o se vende millones de soles haciendo uso de esa "información privilegiada", entonces la ganancia es ilícita y merece sanción.

Pero también existen otras formas de malas prácticas en mercados tan poco "profundos" como el limeño. Así, por ejemplo, a veces basta con "invertir" 40 o 50,000 soles en un determinado papel para hacerlo subir (sin que haya un fundamento real), lo que es aprovechado luego para vender esos papeles a un alto precio, perjudicando a quienes "pensaron" que la subida de la acción obedecía a consideraciones objetivas.

También se ha notado que el movimiento diario de la BVL tiene amplias fluctuaciones. A veces se negocian 60 a 70 millones de soles diarios. Otros días apenas 15 a 20 millones diarios. Y, justamente en esos días, los inversionistas institucionales más importantes (llámese AFP y fondos mutuos) se ausentan. Muchos piensan que estas entradas y salidas son concertadas y tienen móviles ocultos. No cabe duda de que estas malas prácticas tienen que ser sancionadas, lo que es responsabilidad de la Conasev.

Dos consideraciones adicionales: las pérdidas de la BVL están directamente relacionadas con la baja de los precios de los minerales, sobre todo zinc y plomo, lo que incide en los estados financieros de las empresas mineras que representan el 55% del valor de capitalización de mercado de la BVL. Esto nos indica que, a pesar de la buena situación económica de las empresas manufactureras y de servicios, la BVL es básicamente una "bolsa minera".

Segundo, que el actual gobierno renunció a eliminar la exoneración del impuesto a la renta a las ganancias de capital (lo que excluye las ganancias de las AFP, porque allí están los futuros pensionistas), lo que fue parte de su promesa electoral. De esa manera se perdió la oportunidad de fomentar la equidad, gravando a los que más tienen, en la mejor época de las vacas gordas. Lo peor es que, aun ahora, siguen lucrando con malas prácticas a vista y paciencia de, literalmente, "todo el mundo".

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