machu picchu manos chilenasPor Revista Así

El colmo. Entregaron nuestro patrimonio histórico en cuestionadas concesiones. Aunque parezca increíble, la formidable ciudadela de Machu Picchu, en el Cusco, está bajo control de extranjeros. El histórico santuario inca, reconocido por la UNESCO como "Patrimonio Cultural de la Humanidad", y símbolo indiscutible de la peruanidad, se encontraría prácticamente hoy en manos de operadores anglo-chilenos.

“Todo nace de las malhadadas concesiones que se realizaron para manejar el famoso Hotel Monasterio del Cusco, así como de la ruta del ferrocarril Cusco-Machu Picchu.Ambos son negocios altamente rentables por la gran cantidad de turistas que diariamente acuden a la ciudadela”.

Todo esto sucede desde que el consorcio hotelero inglés Orient Express (Hoteles Perú S.A.) y una empresa que ha estado ligada a la filial de la compañía aérea chilena LAN, se han asegurado los derechos de explotación comercial de Machu Picchu, así como de sus únicas vías de acceso terrestre: el ferrocarril a Cusco (unos 112 kms.) y un camino peatonal, también frecuentado por los turistas, el Camino Inca. Muchos analistas han denunciado tal inaceptable situación. Hace un tiempo, el sociólogo Rodrigo Montoya criticó esta penetración mapocha: “Empresarios chilenos tienen el monopolio del ferrocarril Cusco-Machu Picchu y disfrutan de la concesión del Hotel Machu Picchu, muchos otros hoteles, grifos y farmacias. Están comprando también tierras en Urubamba, el Valle sagrado de los Incas. Controlan puertos, líneas de transporte interprovincial de largas distancias, parte de las empresas eléctricas, tienen grandes cadenas de tiendas. En el valle de Ica, compran tierras con el fin preciso de exportar”, señala.

 
Todo nace de las malhadadas concesiones que se realizaron para manejar el famoso Hotel Monasterio del Cusco, así como de la ruta del ferrocarril Cusco-Machu Picchu. Ambos son negocios altamente rentables por la gran cantidad de turistas que diariamente acuden a la ciudadela. En 1999, el gobierno peruano decidió privatizar la compañía estatal de ferrocarriles (Enafer). Fue la empresa Ferrocarril Transandino S.A (Fetransa) quien recibió la concesión por 30 años de la infraestructura ferroviaria correspondiente a los Ferrocarriles del Sur y Sur Oriente. Así, en virtud al contrato suscrito con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), el 20 de setiembre de 1999, fueron transferidos a Fetransa los activos fijos y el material rodante de la línea del Sur que va de Cusco hasta Machupicchu.  

 Mientras Fetransa administra la única vía férrea, la operadora es la empresa PeruRail. A pesar de que Fetransa y PeruRail son dos entidades privadas distintas, ambas pertenecen hoy a los mismos socios: la inglesa Orient Express Hotels Ltd (en el caso de PeruRail) y Peruval Corp S.A. En definitiva, Orient-Express y sus socios pro-chilenos tienen hoy un peso económico importante en la región. No sólo porque controlan la única vía férrea al santuario arqueológico, sino porque también han obtenido la concesión del reconocido Hotel Monasterio y del Hotel Machu Picchu Santuary Lodge, ubicado a la entrada de la ciudadela inca. 

Rodrigo Montoya no oculta su indignación: “¿Qué tenían y tienen en la cabeza los peruanos que permitieron y permiten que los chilenos se beneficien con el ferrocarril Cusco-Machu Picchu y el hotel Machu Picchu?” “Las concesiones-regalo por treinta años, son simplemente una ofensa al Perú. ¿No podría haber sido gestionado por una empresa peruana un hotel como el de Machu Picchu de quinientos dólares cama por noche entregado por treinta años y otros treinta renovables a cambio de seis mil dólares mensuales para el gobierno regional del Cusco?” se pregunta. 

Las mencionadas concesiones, incluso, han sido criticadas por su falta de transparencia y visos de corrupción.

Hace unos días, el Presidente regional del Cusco, Hugo Gonzales Sayán, señaló que las "malas privatizaciones y concesiones" realizadas llevaron a que la ciudad imperial deje de percibir entre 500 y 700 millones de dólares en los últimos diez años. Dice que hubo robo y latrocinio en estos procesos, y ha anunciado “que renegociará los contratos de concesión con estas empresas”. “Yo pregunto si es correcto que los concesionarios del hotel solo paguen US$ 6 mil al mes cuando dormir en una suite en ese hotel cuesta US$ 1,260 la noche”, refiere. “También hubo irregularidades en el caso de la línea férrea que cubre la ruta Cusco-Machu Picchu que fue entregada en concesión en un proceso cuestionado”.

 “El presidente Alan García dice que se deben revisar las licitaciones de los últimos diez años: pues le pido que no sean solo las licitaciones, sino también las concesiones, porque hubo robo y latrocinio en ambos casos y no pueden quedar en la impunidad”, señala Gonzales Sayán, en entrevista con La República el 17/3/2007.

La agencia de noticias agenpress (www.agenpress.info) en una nota titulada:  “Perú: El turismo salvaje devora Machu Picchu” daba cuenta el 27/10/2006 de que viene ocurriendo en la localidad cusqueña de Aguascalientes, cercana al santuario:

“Pero la privatización del espacio Machu Picchu no acaba ahí. Una subcontratada de la compañía aérea chilena LAN explota la única vía de acceso al pueblo ―la ferroviaria― y el camino de los microbuses.

Cada día, unos cien, en su mayoría mujeres, esperan en las vías del tren la llegada de los cinco convoyes que llegan desde Cuzco atestados de turistas. Muestran su ira al espectador con gritos y pancartas contra la empresa que explota el servicio:

Perú-Rail, que está en manos de un conglomerado anglo-chileno... La pretensión de los artesanos es avivar las obras para que el tren arribe en su destino natural, la estación del pueblo, en lugar de la parada ocasional situada junto al complejo hotelero”.

 El tren Chile-Machu Picchu

 La ambición de los chilenos por negociar con el santuario inca no termina ahí. El poderoso grupo mapocho Luksic planea construir un gran tren que una Perú-Bolivia-Chile y llegue hasta Machu Picchu. Según publicó el diario chileno La Tercera (01 Ene 2004), “el grupo Luksic se encuentra en conversaciones con la ferroviara inglesa Orient Express y la firma de casinos de EEUU Thunderbird para sacar adelante el proyecto Atacama Express, que incluya una excursión por el desierto de Atacama, luego una visita por los salares bolivianos, el lago Titicaca y excursiones a Machu Picchu”. 

"Es un proyecto que le gustaba mucho a don Andrónico (Luksic) y vamos a perseverar para sacarlo adelante", dijo el gerente general del Ferrocarril Antofagasta-Bolivia(Fcab), Miguel Sepúlveda. “En Perú conversan con la inglesa Orient Express, que maneja el ferrocarril de Cusco a Machu Picchu, y la operadora Cóndor Tours”, revela el diario sureño.

 Como se sabe, el poderoso grupo chileno Luksic mantiene un imperio con vínculos en la minería, la industria, las telecomunicaciones y la pesca. Hace poco, el  Vicepresidente de Operaciones de Orient Express para América Latina, Filip Boyen, de visita en nuestro país, descartó que existan “por el momento” negociaciones con el Grupo Luksic para la posible implementación de dicho tren. Sin embargo, afirmó que su representada “sigue trabajando en más proyectos de lujo a futuro”. Como se ve, la amenaza aún sigue latente. 
 
Hoy en día, es cierto, Chile exporta capitales a diversos países de América Latina. En el Perú ya habría invertido alrededor de cuatro mil millones de dólares (US$ 4,000 millones), mientras que el capital de peruanos inversores en Chile apenas llega a cuarenta millones. Parte de esta nueva invasión mapocha a nuestras tierras incluye hasta el manejo de nuestros monumentos arqueológicos. ¿Hasta cuándo? 
Es saludable, sin duda, que el gobierno regional del Cusco decida revisar los contratos de concesión del Hotel Machu Picchu y del ferrocarril Cusco-Machu Picchu. Incluso, se ha dejado abierta la posibilidad de que dicho gobierno constituya una empresa que sea el segundo operador ferroviario en la zona. Empero, nuestra pregunta es: ¿qué hace el gobierno central, que fue el que permitió tamaño latrocinio contra el país?