Lehman Brothers: la irresponsabilidad del Estado

Unos 40 mil quedan desempleados

La serie de escándalos y quiebras en el sistema financiero de Estados Unidos presenta un nuevo y preocupante capítulo con la quiebra del banco Lehman Brothers, lo que evidencia un pésimo sistema de control del estado en la prevención de operaciones que finalmente desembocan en estos desastres.


Pese a la situación presentada recientemente con otras instituciones, la administración Bush no dispuso la mejora de normas orientadas al reforzamiento del control.

Aunque en este caso el gobierno no decidió rescatar a Lehman Brothers, en parte de los casos, quien paga las consecuencias es el contribuyente cuando el gobierno se lanza a operaciones de rescate empleando los fondos estatales.

El hecho es más llamativo tratándose de una potencia, con el agravante de que las tecnologías de cómputo, que no existían en décadas pasadas, permiten ahora el acceso a detalles de información prácticamente sin límites de cantidad ni tiempo. La realidad es entonces la falta de voluntad y, por qué no, la influencia de los lobbies que frenan las facultades del gobierno para una efectiva fiscalización, por el bien de los ciudadanos, del país y hasta de las mismas empresas.

Existiendo buenos economistas, ¿cómo así el gobierno no cuenta con un consejo de expertos que constituyan una voz independiente? Para cualquier economista enterado, viendo los graves casos que precedían, era claro que el gobierno no contaba con los instrumentos de control necesarios. ¿Cómo así no se dio la alerta? He allí el grave peligro de privilegiar el manejo político de la economía antes que un manejo profesional.

La responsabilidad de los empleados de las financieras

Por lo visto, hace falta más personas que se comporten como Sherron Watkins, ejecutiva de Enron, quien escribió una carta a su empleador, Enron, y le habló advirtiéndole de las operaciones fraudulentas que estaban realizándose. Por ello la despidieron, pero desatado el escándalo fue reivindicada y respuesta a su cargo como una heroína.

De hecho, en las operaciones de Lehman Brothers, existe un grupo de funcionarios plenamente conscientes de la situación de la empresa. ¿Por qué callaron? ¿Cómo queda la conciencia propia y la ética? ¿Qué está sucediendo con la formación deontológica?

De las tragedias se aprende


Estos terremotos deberían servir para que los demás países comprendan la gravedad de su responsabilidad del adecuado control que deben ejercer sobre el sistema financiero. ¿Aprenderá el Perú de esta experiencia? ¿Qué nos espera con un ministro que viene del Fondo Monetario Internacional con ideas preconcebidas?

Otro motivo de preocupación es la compra de Merrill Lynch por parte del Bank of America, y la revelación del grave estado de A.I.G, la mayor aseguradora del mundo. Como era previsible, estos sismos arrastraron a todas las bolsas del mundo a una caída.

Ante la imagen perdida por la banca de inversión y el sistema financiero internacional en general, pues inclusive se compara esta crisis con la de 1929, ¿cuánto tiempo tomará recuperar la confianza? Estados Unidos no necesita personajes como Bin Laden, entre ellos está la gente que puede causar catástrofes.

Esta crisis muestra la gravedad de la falta de liquidez que agobia a las entidades de crédito y empeora la crisis de hace un año con las hipotecas subprime.

Unos 40 mil quedan desempleados

Se estima en 40 mil las personas que pasarán a engrosar las filas del desempleo a causa de la quiebra de Lehman Brothers, pues la repercusión de la sacudida en Wall Street será amplia.

Ayer los empleados de Lehman Brothers salían todos cargando cajas y paquetes con sus efectos personales, parecía un hormiguero al que le había caído agua, con las hormigas huyendo con su carga, en este caso, se trataba de la avalancha y el aluvión de la irresponsabilidad, tanto de la empresa como del gobierno.

Si se toma en cuenta la absorción de Merrill Lynch, quedarían sin trabajo unas 80 mil personas. Otros calculan en 120 mil el número de desempleados, pues muchos dependen indirectamente de Wall Street: por cada puesto de trabajo se crea otros cuatro en otros sectores.

Los expertos, como James Brown, calculan en 180 mil el número de trabajadores en el corazón financiero de Manhattan. El rescate de Bear Stearns por JP Morgan ya había dejado a nueve mil personas desempleadas. En Wall Street la remuneración anual promedio es de unos 340 mil dólares.