Textiles chinos: importo barato y vendo caro


Por Humberto Campodónico


Uno de los principales argumentos de los “lobbies” que propician la importación de las confecciones chinas es el beneficio del consumidor. El mensaje es que las confecciones chinas son más baratas y bajan los precios de la ropa en el mercado interno. Por lo tanto, cualquier restricción a las importaciones haría que los precios suban, perjudicando al consumidor.

 

Pero las estadísticas dicen lo contrario. Del 2002 a noviembre del 2008, la inflación de telas y prendas de vestir ha seguido la misma tendencia que la inflación general. Ambas han subido, en porcentajes bastante bajos, durante todo el periodo. La excepción es el 2008, cuando la inflación general se dispara por el alza internacional de los precios de los alimentos (maíz, trigo, soya) y del petróleo.

Si entramos al detalle, vemos que en el 2004, ante pedido de los industriales peruanos, Indecopi puso salvaguardias a las confecciones chinas y, después, salvaguardias generales. Puede decirse que en todo el 2004 hubo salvaguardias y las importaciones chinas bajaron de US$ 63 millones en el 2003 a solo US$ 5.1 millones en el 2004.

Si los “lobbies” tuvieran razón, la inflación debió haber aumentado en el 2004 porque los “mercantilistas” textiles hubieran hecho su agosto, perjudicando al consumidor. Nada de eso sucedió, pues la inflación del sector para el 2004 fue de solo 1.91%, mientras que la inflación general fue de 3%.

¿Y qué pasó en el 2005, año en que terminaron las salvaguardias y volvieron las importaciones de confecciones chinas por US$ 35 millones? ¿Bajaron los precios? No. La inflación fue la misma que en el 2004. ¿Y en el 2006, cuando las importaciones chinas subieron a US$ 76 millones? Pues sucede que la inflación aumentó a 2.26%. En el 2007 y en el 2008, las importaciones han seguido creciendo, lo mismo que la inflación del sector, que fue 3% anual en esos años.

Tenemos, entonces, que cuando hubo salvaguardias los industriales peruanos no se “aprovecharon” de la situación para subir los precios. Y cuando no ha habido salvaguardias y han entrado los productos chinos (con rebaja de aranceles incluida, desde octubre del 2007), la inflación del sector ha aumentado, aunque ligeramente.

Entonces, ¿qué está pasando, pues es sabido que los productos chinos entran a precios bajísimos, en promedio a S/. 4.70 por unidad, como dice Aduanas? Esta es la respuesta de Indecopi, a fines del 2004: “Los bajos precios de importación de algunas de las principales confecciones textiles, en la gran mayoría, si no en la totalidad de casos, no llegan al consumidor final a niveles consistentes con dichos bajos precios de importación” (Informe sobre las salvaguardias generales, www.indecopi.gob.pe).

Más claro ni el agua. Los intermediarios importan barato y venden caro, en el 2004 y en el 2008. Aquí hay dos problemas: 1) las importaciones vienen a precio de “dumping”; y, 2) el mercado de las grandes tiendas es un oligopolio dominado por dos empresas, Falabella y Ripley, que fijan los precios y obtienen enormes márgenes de ganancia.

Es hora de revertir esta situación —que se puede agravar con el TLC firmado con China—, no solo en textiles sino en calzado (aló, Trujillo) donde ya hay una segunda denuncia ante Indecopi por las importaciones subvaluadas (el año pasado Indecopi rechazó un pedido anterior de salvaguardias). En estos momentos de crisis internacional, todos los países van a tratar de aumentar sus exportaciones, al mismo tiempo que defienden su mercado interno de la recesión, que provoca quiebras de empresas y despidos masivos.

Pero aquí estamos en el mundo al revés, pues regalamos el mercado interno a bienes extranjeros (que entran a precios de “dumping”) con el consecuente impacto negativo en la industria nacional y el empleo. De Ripley (y de Falabella).

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