No me estimules, compadre

Por Humberto Campodónico


Siguen saliendo los decretos supremos que está dando a luz el  Plan Estímulo, por lo que aún no se conoce el paquete completo. Pero ya hay suficientes elementos para decir que al igual que su antecesor de lo que se trata es de lograr una meta de crecimiento de 5% o 6% del PBI en el 2009,  cueste lo que cueste.

 

El plan le otorga a la inversión pública un protagonismo que le fue negado por muchos años, ya que se quería reducir al Estado a su mínima expresión. Recordemos que bajo Toledo no superó el 2.8% del PBI (por lo que se le llamaba la “cenicienta”). Ahora Carranza anuncia 4% de inversión pública. Aun con este aumento, estamos bien abajo en el ranking regional en el que el promedio es 5% (Bolivia invierte el 6.5% de su PBI).

A esto se añade el desenfrenado interés empresarial por lograr subsidios directos e indirectos del Estado en una serie de modalidades, antiguas (drawback) y “novedosas” como las Asociaciones Públicas Privadas. Al escribir este artículo leemos que se ha eliminado el “comparador público privado” elaborado por el MEF, lo que significaría que el Estado tendría que cofinanciar y/o avalar casi cualquier proyecto que quiera implementar el sector privado.

Las inversiones públicas de S/. 5,500 millones en el 2009 están muy bien. Más del 60% irá a carreteras y el resto a programas de agua y desagüe (ayuda muchísimo a la lucha contra las enfermedades y la pobreza), hospitales. Falta saber qué prioridad tienen las zonas más pobres y cuál es el nivel de ejecución del gobierno central de los gobiernos regionales y de las municipalidades. Esto se debió hacer hace años.

El problema macro más importante es que no hay medidas concretas para enfrentar el creciente desequilibrio externo causado por la crisis internacional y que va a ser amplificado por este Plan Estímulo. Las exportaciones, que en el 2008 fueron US$ 31,100 millones, caerían en US$ 7,000 millones en el 2009 (y quizá más), mientras que las importaciones de US$ 29,900 millones en el 2008 caerán mucho menos, debido  a varios factores: la rebaja de aranceles de Carranza del 2006 y el 2007, el TLC con EE. UU. (que abarata las importaciones) y por el componente importado del Plan Estímulo.

No se enfrenta el tema de balanza comercial deficitaria en el 2009 y déficit de cuenta corriente (ya desde el 2008).  Brillan por su ausencia las medidas para eliminar las rebajas arancelarias y devaluar del sol en, por lo menos, 10% (para no perder reservas, al mismo tiempo que no se tensiona al extremo esta dolarizada economía).  Ojo que el voluntarismo no sirve para enfrentar un tsunami recesivo de larga duración como el que ya está aquí.

Pero lo más importante es la falta de un enfoque de equidad en el conjunto del plan, lo que va a agravar las desigualdades existentes. Como siempre, los trabajadores son la última rueda del coche porque no hay aumento del salario mínimo para recuperar el 7% de poder adquisitivo perdido por la inflación del 2008.  Tampoco hay aumento de salarios en el sector público ni seguro de desempleo ni protección del empleo (cómo se les ocurre). Medidas de aumento de la demanda sí se contemplan en los planes en EE. UU. y Europa e, incluso, en países vecinos.

Pero para los exportadores se incrementa el drawback (devolución de aranceles) de 5% a 8%. Esta devolución, que fue S/. 600 millones en el 2008, protegerá a los empresarios. Pero ¿qué va a suceder con los asalariados temporales en los campos agroexportadores de, por ejemplo, Ica y La Libertad, ahora que aumentan los despidos? Para ellos la pérdida de empleos significa su pase directo a la condición de pobres. ¿Por qué el aumento del drawback no se condiciona a planes de mantenimiento del empleo? No dice nada el Plan Estímulo sobre esta “cuestión social”.

Después de años priorizar la exportación, tanto tradicional como no tradicional, hoy, súbitamente, se “descubre” la importancia del mercado interno. Pero los años no pasan en vano: ese mercado está constituido por oligopolios que encarecen los productos de primera necesidad, por importadores interesados por aranceles bajos, por déficits de infraestructura y una magra participación de los asalariados en el ingreso nacional (ha bajado, según el INEI, de 30% a 21.8% del PBI de 1991 a 2006).  Hay, pues, un problema de modelo económico, de crecimiento concentrador que requiere ser enfrentado. Y el instrumento para hacerlo, ciertamente, no es el Plan Estímulo.

Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.com