La orden ejecutiva firmada en días pasados por el presidente estadounidense Donald Trump, es, más allá de las especulaciones dentro y fuera de Venezuela, consecuencia lógica de una situación de permanente dependencia, enorme endeudamiento externo e incumplimiento en los pagos, notables beneficios para el gran capital, insuficiente productividad agropecuaria e industrial, ineficiencia en el manejo de empresas como PDVSA y corrupción en el seno de la nación suramericana, gobernada por una administración supuestamente revolucionaria y progresista. Recuérdese que dicha orden prohíbe a ciudadanos estadounidenses hacer transacciones de cualquier tipo con la criptomoneda venezolana o petro:

“President Donald Trump of the US has banned the Venezuelan government-backed cryptocurrency, the Petro, by executive order March 19, Bloomberg reports.

The ban reportedly comes as part of a campaign to put pressure on the Venezuelan government of President Nicolas Maduro. By the order, US citizens are banned from engaging in transactions using the oil-indexed digital currency.

The ban frustrates the efforts of Maduro’s government to boost foreign currency reserves. The token offering accepted transactions in US dollars and euros, meaning that Venezuelan citizens could not legally participate, as there is a ban in Venezuela on buying foreign currency.

The order also authorizes US Treasury Secretary Steven Mnuchin to issue regulations to enforce the executive order. The Treasury Department announced sanctions on four Venezuelan government officials earlier this year.

According to Mnuchin, “President Maduro decimated the Venezuelan economy and spurred a humanitarian crisis. Instead of correcting course… the Maduro regime is attempting to circumvent sanctions through the Petro digital currency.” (…)

The Petro has struggled in finding legitimacy and interest among foreign governments. Earlier this year, the Venezuelan government claimed that Poland was interested in trading food and medicine for the Petro, which was later denied by the Polish Ministry of Finance and Ministry of Foreign Affairs. 

Cambodia however, seems to have taken inspiration from Venezuela, and is considering its own state-sponsored digital currency, Entepay, Cointelegraph reported earlier this month”

https://cointelegraph.com/news/us-president-trump-bans-us-citizens-from-buying-petro.

Tal prohibición forma parte del bloqueo económico parcial emprendido por el Gobierno estadounidense contra Venezuela desde el año pasado, y que bien pudo haber sido evitado si en la nación suramericana se hubiera alcanzado la tan prometida soberanía, con una verdadera independencia económica y con poca o ninguna deuda externa. De manera que el Gobierno del “socialista” Maduro le ha dado una excusa perfecta al águila imperial para su enésima intervención en la política interna y externa de Venezuela; intervención que responde a los factores siguientes, y no a una supuesta lucha de Estados Unidos contra la corrupción, el narcotráfico, la tiranía y la violación de los derechos humanos en Venezuela:

1.- El incumplimiento  parcial en el pago de lo que se adeuda a la banca estadounidense.

2.- Las crecientes relaciones económicas de Venezuela con potencias como Rusia y China, en especial con esta última, que cada vez tiene una mayor influencia en América Latina y el mundo, y por tanto representa un obstáculo serio para los intereses de Estados Unidos.

3.- La creación del petro como instrumento para la refinanciación de la deuda venezolana y facilitar el acceso a inversores foráneos a recursos energéticos, metalíferos y minerales. Significa un problema para Estados Unidos considerando que por medio de esta criptomoneda el Gobierno venezolano desplazaría en parte al dólar como instrumento para las transacciones internacionales, en especial con los chinos, quienes han mostrado gran interés en quitar fuerza como moneda referencial a la divisa norteamericana.

Está claro de acuerdo a lo anteriormente señalado, que el petro representa un desafío para la administración estadounidense, y es tal la incomodidad que genera a la élite bancaria del país norteño y de sus socios en el mundo, que no extrañaría que se tomaran otras medidas drásticas para tratar de que la criptomoneda venezolana no tenga un futuro significativo en el orden financiero global. Ahora bien, no hay que confundirse con esta grosera intervención imperial, y pensar que ahora el Gobierno de Venezuela si es antiimperialista y anticapitalista; al contrario, Maduro ha demostrado claramente su sumisión al gran capital transnacional, y justamente por esta razón es que la deuda externa llegó a una elevadísima magnitud, y aún así se busca el refinanciamiento de la misma en el contexto de una terrible crisis económica, refinanciamiento cortesía del imperialismo económico, con China como primera opción.. En este marco es que nace el petro, moneda por medio de la que el Gobierno venezolano intenta asegurar que continúen fluyendo divisas hacia la economía interna y evitar la quiebra total. Y en el proceso el petro se ha convertido en obstáculo para los intereses estadounidenses,  único motivo de la reacción de Trump y compañía, quienes incluso intentarían evitar que otros países bien relevantes para el comercio y las finanzas norteamericanas sigan el ejemplo de Venezuela.

En pocas palabras, el Gobierno de Maduro sin ser antiimperialista ni anticapitalista, afectará de una u otra manera los intereses de su socio Estados Unidos, con la creación del petro y con la cercanía cada vez mayor de Venezuela con naciones que compiten fuertemente con el águila imperial en el mercado global. Así de sencillo. Y por tanto sería un error restar importancia a la orden ejecutiva firmada por el “loco” de Trump, pues ciertamente lloverá sobre mojado para Venezuela y los millones de pobres, quienes obviamente dispondrán de menos recursos económicos, derivados en buena medida de las transacciones con el dólar, moneda de la que sigue dependiendo fuertemente Venezuela. Y por si fuera poco, tarde o temprano un gran conflicto económico y militar entre Estados Unidos, China y otras potencias terminará arrastrando al mismo al país suramericano. Téngase en cuenta, además, que el intento de Irak por hacer transacciones importantes con monedas diferentes al dólar, habría sido una de las causas para que lo invadiera Estados Unidos hace unos cuantos años.

Ciertamente la administración Maduro es populista, clientelista, ineficiente, procapitalista, entreguista y pare de contar, pero no por ello se debe subestimar la influencia de factores externos en la política interior y exterior de Venezuela. Ninguna nación hace vida de forma aislada, menos en estos tiempos de super-interdependencia globalizante.

 

Rubén Alexis Hernández