Por Herbert Mujica Rojas

Que Bolivia oriente sus exportaciones hacia el Asia Pacífico, desde Ilo-Perú, en proporciones crecientes es un hecho de características geopolíticas notables, fortalece la zona sur de nuestro país y promoverá una concentración comercial, financiera, aduanera, turística, laboral, de documentación de seguridad al más alto nivel, de dimensiones colosales. Y de cuyo impacto hay que darse cuenta ¡de inmediato!

El video que ayer propalamos Bolivia envía 12 mil toneladas de exportaciones Asia Pacífico por el puerto peruano de Ilo http://bit.ly/2X5NnpU noticia de cómo la alarma ha sonado fuerte, muy fuerte en el norte chileno, zona en que tres puertos, de norte a sur: Arica, Iquique y Antofagasta, resentirán la ausencia del tráfico boliviano por sus instalaciones porque lo harán por Ilo-Perú.

Hay alguna justicia poética si nos remitimos a la historia, madre y maestra: Antofagasta fue de Bolivia e Iquique y Arica de Perú, territorios arrebatados por el vecino del sur a partir de 1879. Y este escenario nuevo en los días actuales, configura, una situación de alerta. Decía Alfonso Benavides Correa que un país desarmado, no es garantía de paz, un país desarmado es una presa apetecible. Y la historia lo puede recordar ipso facto.

¿Podrán nuestros mediocres políticos tan absortos en líos menudos alzarse sobre la miopía criminal que les caracteriza?

Por ejemplo y ayer recibí algunas preguntas muy valiosas, una de ellas referidas al tiempo de duración de esta conducta boliviana de pasar sus exportaciones hacia el Asia Pacífico por Ilo. Deviene obvio que hay que dar todas las facilidades razonables y rentables posibles pero sobre un convenio cuya duración sea al menos de cinco o seis décadas y que contemple un plan de desarrollo portuario, citadino, urbano y regional en todo el Sur del Perú.

Además esa modernización vendrá acompañada de turismo, comercio, cultura. Lugares tradicionalmente poco visitados concitarán atención de ejecutivos, empresarios, militares, diplomáticos, empresarios, dispuestos a invertir en la zona en infraestructura y atractivos, en buena cuenta la previsible demanda de mano de obra, emplearía a decenas de miles de peruanos que se trasladarán a la zona.

La modernización de los procesos financieros y comerciales, aduaneros y de seguros, de seguro atraerán a firmas de nivel mundial para garantizar la fidelidad de las exportaciones y la agilización de trámites que deben ser cortos, seguros y económicos. Toda esta integralidad de opciones deviene en planteamiento de Estado para asegurar esta magnífica oportunidad.

Nótese que desde hace años venimos señalando el fenómeno de la presencia masiva del turismo chileno desde Tacna hacia Arequipa y más al norte por razones médicas, para compra de vituallas de mejor precio, por la famosa e indiscutible gastronomía y por simple turismo que trae divisas al Perú. Un polo de desarrollo no tiene que ser tan sólo laboral cuando puede desarrollar luces multicolores y de gran integración ciudadana desde el Altiplano hacia la Costa y el consabido desde Arica hacia las ciudades mencionadas.

Por tanto, es hora de volver el pensamiento y la acción, la destreza y audacia geopolítica hacia Ilo y sus alrededores, la historia será testiga de una acometida de gigantes comprometidos en hacer Patria con energía de hacedores de la paz y el progreso, pan y libertad.

 

19.02.2019