El 97% de los internos formaba parte de la PEA ocupada antes de ser confinados. Este alto costo económico se debe recuperar a través de la reinserción social, enfocada hacia actividades productivas con reos primarios. También hay que atender el tema del hacinamiento, el cual supera el 131% y afecta casi al 71% de las cárceles a nivel nacional.

Un total de 88.244 internos a nivel nacional, al estar privados de su libertad, dejan de contribuir anualmente a la economía peruana con ingresos laborales por S/980 millones. Ese número de reos equivale al 97% de la población penitenciaria, quienes pertenecían a la población económicamente activa (PEA) ocupada, es decir, formaban parte del mercado laboral antes de su reclusión.

Así lo estimó el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) al añadir que de ese grupo de internos, 83.663 contaban con algún oficio (95%), 2.536 ejercían una carrera técnica (3%) y en menor cantidad 2.045 (2%) desempeñaban una actividad profesional.

“Es sustancial recuperar este alto costo socioeconómico. Ello podría lograrse si se apuesta por la reinserción laboral, especialmente de reos primarios, mediante programas sociales que les permitan desarrollar sus capacidades productivas”, sostuvo César Peñaranda, director ejecutivo del IEDEP de la CCL.

Explicó que, desde la CCL, se realizan actividades mediante la suscripción de más de 106 convenios con empresas agremiadas a las distintas cámaras a nivel nacional. Afirmó que, a través de estos programas, los reclusos se capacitan en áreas como indumentaria, cuero, café y otras actividades de manufactura, sumando diversificación y escala al programa de Cárceles Productivas.

Hacinamiento en cárceles

Otro problema que se debe atender es el hacinamiento, el mismo que afecta casi al 71% de los centros penitenciarios. Es decir, de las 68 cárceles que existen en el país, 48 se encuentran sobrepobladas.

“Existe hacinamiento cuando la sobrepoblación es mayor o igual al 20% de la capacidad de albergue. La población penal total asciende a 90.638 internos y la capacidad de albergue es de 39.156, lo que significa una sobrepoblación de 51.482 personas, es decir, una tasa de 131% en el 2018”, señaló Peñaranda.

Añadió que, de los 48 establecimientos con exceso de presos, cuatro presentan una sobrepoblación que supera el 400%. Estos son los centros penitenciarios de Jaén, Chanchamayo, Callao y Camaná, mientras que en otros ocho penales los porcentajes se ubican entre 300% y 400%. Estos últimos se sitúan en Lima, Tacna, Ayacucho, Pucallpa, Huancavelica, Quillabamba, Abancay y Lampa. Además, de 13 establecimientos que se ubican en la región Lima, nueve se encuentran hacinados.

A noviembre del 2018, la población del sistema penitenciario, según el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), fue de 111.851 personas, de las cuales 90.638 se encontraban en establecimientos penitenciarios intramuros (privados de su libertad), mientras los restantes (21.213) figuran en establecimientos extramuros, que es la población de liberados con beneficios penitenciarios y sentenciados a penas limitativas de derechos. Entre los delitos más comunes que tiene nuestro actual sistema carcelario figuran el robo agravado (26,1%), violación sexual de menor de edad (9,7%) y tráfico ilícito de drogas (8,6%).