alpacas cobertizoEn contraposición a la gran importancia que tiene la carne de camélidos (alpaca y llama) por sus comprobadas propiedades saludables y nutritivas; la valoración por los consumidores nacionales y su consideración en las políticas públicas ha sido minimizada o simplemente ignorada. Producto de este desinterés, las 16 000 toneladas de carne de camélidos que anualmente consumimos en el país, provienen de un mercado absolutamente informal, pues el beneficio se realiza en las cabañas de los criadores o en camales no autorizados por la autoridad correspondiente, el Servicio Nacional de Sanidad (SENASA). La cadena de comercialización, atravesada por la informalidad, trae como consecuencia que esta carne se expenda a los consumidores en los mercados populares con muchas deficiencias y a precios por debajo de su valor real.
 
Es en este contexto que, en un amplio esfuerzo de concertación desplegado por el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo del Sur-descosur, la Universidad Católica de Santa María, la Universidad Nacional Agraria La Molina, la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa y la Federación Regional de Alpaqueros de Arequipa (FRAALPACA), se realizó el 26 y 27 de setiembre pasado en Arequipa, el Seminario Nacional “Carne de camélidos: potencialidades, políticas y consumo”. El objetivo fue «discutir la importancia de la carne de los camélidos sudamericanos domésticos en la alimentación y seguridad alimentaria nacional, revalorar su consumo y la importancia del producto en la mejora de vida de los criadores».
 
Las exposiciones de los expertos como la Dra. Susana Giuliano (Universidad de Buenos Aires) de Argentina, el Dr. Celso Ayala (Universidad Mayor de San Andrés) de Bolivia, y la Dra. Bettit Salvá (Universidad Le Cordon Blue) de Perú; coincidieron en destacar el valor nutritivo de la carne de camélidos y la poca consideración que se recibe de las políticas públicas en nuestros países para potenciar este recurso, que constituye un gran aporte de las culturas originarias para la humanidad. También compartimos las difíciles condiciones en las que realizan esta crianza los productores del norte argentino, el altiplano boliviano y el altiplano peruano.
 
El evento ha sido considerado pionero en la tarea de colocar en la agenda pública este recurso, compartiendo las expectativas de los criadores, investigadores de las diversas universidades, instituciones de promoción, y funcionarios de diversos niveles de gobierno. Todo ello con el fin de unir esfuerzos y abordar las tareas del desarrollo del mejoramiento genético para fomentar la ganadería de carne en base al potencial de la llama en el mediano plazo; atender a temas sanitarios pendientes como la sarcocistiosis; y promover las inversiones locales para lograr que SENASA autorice a los centros de beneficio de llamas y alpacas en el corto plazo.
 
Una constatación importante ha sido la influencia del factor cultural en torno al consumo de esta carne, expresado en el prejuicio y rechazo a lo andino o serrano como condicionante de la baja valoración de la carne de camélidos. Sin embargo, el creciente flujo del turismo a nuestro país, nos muestra una alta demanda y aceptación de este producto por los turistas.
 
Las tendencias actuales a nivel mundial respecto al consumo alimenticio nutritivo y saludable, constituyen una oportunidad para el desarrollo de estos recursos, y debemos aprovecharlas como uno de los factores clave para consolidar la alianza de todos los actores de la cadena productiva de los camélidos de aquí en adelante.
 
La principal conclusión de este seminario es que la carne de los camélidos constituye un recurso estratégico valioso para afrontar las condiciones deficitarias de la alimentación y nutrición de vastos sectores en el país y, al mismo tiempo, un potencial para la mejora de las condiciones de vida de los criadores que, como guardianes de las altas montañas, desarrollan esta ganadería en difíciles condiciones; brindando, además, importantes servicios ambientales en la protección de las fuentes de los recursos hídricos que hacen posible la vida en la mayoría de las ciudades del país.
 
Creemos que, con los precios irregulares de la fibra de alpaca y el oligopolio que tiene el control sobre este recurso, es momento de que el Ejecutivo comience a idear y plasmar políticas públicas específicas que ayuden a impulsar el desarrollo de la cadena de carne de llama y de alpaca. Son ya muchos años que se posterga y se le da la espalda a esta posibilidad que, sin lugar a dudas, beneficiaría directamente a los miles de criadores que tenemos en el país.
 
 
desco Opina - Regional / 4 de octubrfe de 2019