El impacto de los tres meses y medio de cuarentena decretada por el Gobierno para contener los embates de la pandemia ha sido realmente devastador por la pérdida del empleo, principalmente del sector de la micro y pequeña empresa, como consecuencia del apagón a gran parte del aparato productivo de nuestra economía, advirtió la Cámara Nacional de Comercio, Producción, Turismo y Servicios-PERUCÁMARAS.
“Se calcula que la perdida de trabajo, incluyendo a todas las regiones del país, sobrepasaría desde el inicio de la cuarentena a cinco millones de personas, con significativa incidencia en los trabajadores del campo. Y a esto debemos sumar los cerca de 300 mil jóvenes que se incorporan anualmente a la población económicamente activa”, afirmó el presidente de PERUCÁMARAS, Carlos Durand.
De esta manera, el Estado debe dar normas que permitan reactivar la economía a la par de retener el empleo y recuperar parte del que ya se perdió; profundizar y darle mayor cobertura al programa de empleo Trabaja Perú; implementar Unidades Ejecutoras Regionales del programa Compras MyPerú para dinamizar al sector de la microempresa y la agricultura familiar; canalizar los fondos del programa Reactiva a una mayor cantidad de mypes; y eliminar las trabas y barreras burocráticas para acelerar el inicio de proyectos de inversión privada en los sectores de minería, energía e infraestructura.
Asimismo, señaló que es necesario elevar los niveles de inversión pública y su velocidad de ejecución para lograr una mayor generación de empleo. “El Programa Arranca Perú debe ejecutarse durante este segundo semestre para así cumplir con generar al menos un millón de puestos de trabajo, sumado al inicio efectivo del plan de Reconstrucción con Cambios, bajo la batuta del Gobierno del Reino Unido”, sostuvo.
El titular de PERUCÁMARAS refirió que los puestos de trabajo perdidos y los que están en situación de mayor riesgo están correlacionados con los niveles de salarios más bajos, de educación incompleta y baja productividad. Por lo tanto, si se quedan desempleados también es probable que se enfrenten a peores perspectivas de empleo en el futuro.
“Es sabido que las tasas de desempleo son significativamente más altas entre las personas sin mayor preparación y niveles bajos de estudio, y que el número de vacantes, es decir, las oportunidades de empleo disponibles son en consecuencia menores”, indicó.
En ese sentido, resaltó que tanto el sector público como el privado deben prestar atención a las disparidades y brechas que se ponen en evidencia en los diferentes grupos de trabajadores.
“Para que las personas retornen al mercado laboral de manera productiva, lo antes posible, es necesario ‘recapacitarlas’ para una adecuada readaptación a la demanda laboral futura. Incluso, si el empleo volviera a niveles anteriores en el próximo año o en dos años, la forma de la economía y el mercado laboral van a cambiar significativamente. Invertir ahora en la mejora de habilidades y competencias de los trabajadores y prepararlos para las tendencias y el futuro mercado laboral, transformado sobre todo por la automatización y la digitalización, producirá altos retornos de productividad tanto a corto como a largo plazo”, explicó.
Por otro lado, Durand señaló que es el momento y la oportunidad para iniciar de manera seria y responsable la discusión sobre la reforma laboral con el único objetivo de hacer cada vez más competitivo al trabajador peruano y, en consecuencia, a nuestra economía. Paralelamente, se debe crear un Seguro de Desempleo que cubra al trabajador que por algún motivo queda desempleado. Asimismo, la reforma al sistema previsional, estableciendo un Sistema Único con un registro individual e intangible donde los aportes tengan una adecuada rentabilidad para asegurar una pensión digna.