La producción nacional de ajíes, pimientos y rocotos es superior a las 200 mil toneladas y ha venido evolucionado favorablemente en los últimos años, aseguró el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri).
 
 
ajies amarillos
 
Nuestro país cuenta con más de 350 variedades de ajíes, rocotos y pimientos registradas, cultivadas en 24 departamentos, siendo los más reconocidos el ají amarillo, el ají panca, el ají charapita, el ají montaña, el rocoto, el ají limo, entre otros, así como aquellos que, solo son conocidos localmente como el cacho de cabra, pipí de mono, pacae, cerezo, entre otros.
 
La mayor diversidad genética del género Capsicum (ají o pimiento) ha sido encontrada en la cuenca del lago Titicaca, producto domesticado por las culturas antiguas del Alto Perú, desde donde se diseminó y fue paulatinamente asimilado a la dieta de diversos pueblos precolombinos del continente americano, hasta llegar a Mesoamérica, donde también adquirió carácter e identidad regional, distinguiendo a gastronomías como la de México.
 
Lima encabeza la producción de ají, con el 33%, seguido de Tacna (23%) destacando la producción de ají amarillo. Por ejemplo, Pasco resalta con el 83% en la producción de rocoto a nivel nacional y Oxapampa, principal centro de cultivo.
 
Se calcula que en el país existen alrededor de diez mil productores agrarios dedicados al cultivo de ajíes a través de la agricultura familiar, y que han sabido preservar hasta nuestros días toda esta diversidad de ajíes que disfrutamos y que han contribuido con su esfuerzo al “boom” de la gastronomía peruana.
 
Según el Censo Agropecuario del 2012, el 87,28% de las Unidades Productivas de la cadena, se dedican a la producción de ajíes, pimientos y rocotos, conduciendo 8,528 hectáreas que representa el 59,38% del total del área de producción de Capsicum. Estas cifras demuestran que la mayoría de productores de ajíes tiene propiedades menores a 1 hectárea (pequeños productores)
 
ajies variedades 2
 
 
El ají es considerado por expertos en cocina como un ingrediente esencial que le brinda identidad a la gastronomía, principal protagonista en cualquier comida regional del Perú, ya sea en costa, sierra o selva. Nuestro país es productor y exportador de frutos del género Capsicum como la páprika seca y pimientos de diversas variedades.
 
El “Día Nacional de los Ajíes”, se celebra cada primer viernes de setiembre y fue instaurado mediante R.M. N.º 0060-2018-MINAGRI con el propósito de promover el conocimiento sobre los ajíes peruanos, su uso en la gastronomía, sus beneficios y su diversidad. También fortalecer el posicionamiento comercial de los productores agrarios que se dedican a este cultivo.
 
Hay que señalar que la mayor diversidad genética del género Capsicum (ají o pimiento) ha sido encontrada en la cuenca del lago Titicaca, producto domesticado por las culturas antiguas del Alto Perú, desde donde se diseminó y fue paulatinamente asimilado a la dieta de diversos pueblos precolombinos del continente, hasta llegar a Mesoamérica, en la cual adquirió carácter e identidad regional, distinguiendo a gastronomías, como la de México.
 
En el Perú, los restos arqueológicos más antiguos que comprueban el uso de ajíes en la alimentación se hallaron en la cueva Guitarrero, en la provincia de Yungay (Áncash). Estos hallazgos se remontan a unos 8.000 años antes de nuestra era. A partir del siglo XVI, con el descubrimiento de América, los ajíes pasaron a formar parte esencial en la cocina y costumbres de todo el mundo.
 
Elemento de gastronomía
 
Los ajíes también tienen usos que trascienden a la alimentación ya que se consumen como preventivos de afecciones respiratorias, pancreáticas, hemorragias, como analgésico, antirreumático, galactóforo para estimular la producción de leche materna, como antiparasitario y antigripal.
 
El consumo per cápita anual de ajíes alcanza los cinco kilos, y nuestro país ocupa el segundo lugar en el continente, solo detrás de México donde la ingesta supera los 8 kilos.
 
Desde la actividad agroindustrial, es importante para la extracción de oleorresinas, colorantes para alimentos humanos y de animales, fabricación de insecticidas orgánicos, dispositivos de defensa personal, perfumería, entre otros productos.