Alan Fairlie Reinoso
 
En abril de 2018, China presentó un reclamo en la Organización Mundial del Comercio (OMC), contra al incremento de tarifas arancelarias impuestas por Estados Unidos sobre productos chinos. Luego de más de un año de consultas a las partes, el Grupo Especial, encargado de investigar el caso, dio la razón a China en disputa arancelaria. Recomendó a los Estados Unidos, poner sus medidas en conformidad con las obligaciones que le corresponden ante el GATT de 1994.
 
 
Trump con Xi Jinping
 
Al abrirse el caso DS543, China sostuvo que Estados Unidos había actuado de forma incompatible con sus compromisos ante el Artículo I y II de GATT de 1994. En pocas palabras, lo que se discutía era si EE. UU estaba discriminando contra productos chinos basándose solo en el origen y si había respetado las tasas arancelarias consolidadas en su Lista de Concesiones.  
 
Por su parte, Estados Unidos alegó que ya había llegado a una “solución del asunto” con China en instancias fuera de la OMC, por lo que el Panel no debería profundizar indagaciones en el caso. En relación a las causas de la imposición de las nuevas medidas arancelarias en 2018, EE. UU señaló que estas respondían a su objetivo de proteger la moral pública. En esencia, EE. UU. argumentó que los actos, políticas y prácticas comerciales de China equivalían a “un robo autorizado por el Estado” y la apropiación indebida de tecnología, propiedad intelectual y secretos comerciales estadounidenses.
 
Como se sabe, las tensiones comerciales entre ambos países crecieron desde el 2018. Progresivamente, EE. UU fue incrementando su tasa arancelaria sobre productos chinos. De acuerdo a Bekkers y Schroeter (2020)[1], el arancel promedio aplicado por EEE.UU sobre importaciones chinas aumentó sustancialmente desde 2.6% a inicios de 2018 a 17.5% a setiembre de 2019. El mismo estudio detalla que las importaciones estadounidenses de productos sujetos a las medidas arancelarias descendieron hasta un 13.5% en 2019.
 
China no tardó en reaccionar a las medidas adoptadas por los Estados Unidos. La historia es conocida: China incrementó sus tasas arancelarias sustancialmente en el mismo periodo de referencia. Sin embargo, este último accionar de China no fue objeto de análisis del Grupo Especial. De hecho, Estados Unidos no inició ninguna acción en el marco del mecanismo de Solución de Diferencias de la OMC en respuesta a las medidas que China impuso.  Tomando en cuenta ello, las principales conclusiones del Grupo Especial fueron las siguientes:
 
1. Las tarifas arancelarias adicionales impugnadas por EE. UU fueron prima facie incompatibles con los principios de Nación Más Favorecida (Artículo I de GATT).
2. Las tarifas arancelarias adicionales impugnadas por EE. UU sobrepasaron los niveles consolidados en su Lista de Concesiones, incumpliendo el Artículo II de GATT.
3. Los EE. UU no cumplió con demostrar de qué manera las medidas adoptadas (subidas arancelarias) contribuyeron a proteger la moral pública al amparo del Artículo XX de GATT.
 
Estados Unidos ya se ha pronunciado sobre las conclusiones del informe de la OMC[2] y ha enfatizado que este no tiene efecto alguno sobre los compromisos asumidos por China y Estados Unidos bajo el Acuerdo Fase 1.
 
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[2] En respuesta a la publicación del informe, la oficina del representante comercial estadounidense (USTR), Robert Lighthizer, expresó su disconformidad con el desempeño de la OMC. Ver https://www.dw.com/es/la-omc-da-la-raz%C3%B3n-a-china-en-su-disputa-arancelaria-con-estados-unidos/a-54937832