Toda la culpa la tiene el Estado

Por Humberto Campodónico

Hoy en día le llueven críticas al Estado porque las inversiones en el Primer Semestre solo llegan al 22.3% de lo programado en el Presupuesto del 2009. Vista la cifra de manera fría y aislada —que es como se le presenta—no cabría duda de que estamos ante un fracaso de proporciones, por lo que se justificarían los calificativos de que el Estado es “paquidérmico, ineficiente y causante de la crisis económica”.

 

Pero hay varias cosas que no se dicen. La primera es que debido al voluntarismo del gobierno de “que el PBI crezca a toda costa al 6.5%” y demostrar que “estamos blindados”, se ha planteado un Presupuesto de Inversiones que poco tiene que ver con la realidad y que, desde el saque, se sabía que no podía ser cumplido. No solo eso, como la inversión pública solo es el 4% del PBI, no podía esperarse que liderara el crecimiento.

En el 2008, las inversiones ejecutadas del gobierno central, los gobiernos regionales y los gobiernos locales ascendieron a S/. 13,369 millones. ¿Cuánto creen ustedes que sería razonable esperar que se pudiera invertir –de verdad y no en el papel– en el 2009? ¿Un 20%, un 30%, un 50% más que en el 2008? Cualquiera de esas cifras constituiría un gran éxito, incluso para las empresas privadas.

Pues bien, el Presupuesto de Inversiones Modificado del 2009 plantea que el gobierno central, los gobiernos regionales y los locales   realicen inversiones por S/. 27,186 millones, lo que significa un aumento de nada menos que el 103% con respecto al 2008. En otras palabras, se le pidió al Estado que duplique su inversión de un año para otro.

Una vez planteada esa meta irreal —que ni siquiera la ha planteado Obama, cuyo plan de estímulo recién verá sus frutos a fines del 2009 y, sobre todo, en el 2010— lo que sigue es muy simple. Se procede a calcular cuánto se ha invertido en el I Semestre del 2009 con respecto al 2008, para, acto seguido, continuar la campaña de demolición del Estado.

En efecto, el congresista Juan Carlos Eguren, de Unidad Nacional, acaba de publicar su “Ranking de avance de las inversiones públicas”, en el que se dice que el gobierno nacional solo ha invertido el 23.1% de lo programado, los gobiernos locales el 24.4% y los gobiernos regionales tan solo el 17.6%.

Ese es el titular que inmediatamente retoman los diarios, agregándole todo tipo de salsas antiestatales. Y casi no se toma en cuenta lo que dijo el viceministro José Arista: que la inversión pública ejecutada de S/. 6,073 millones en el I Semestre del 2009 fue superior en 27.6% a la del 2008. Oiga, un aumento de casi el 30% de un año a otro es algo remarcable.

Tampoco se dice que en el 2008 la inversión pública aumentó en 52% con respecto al 2007 (sí, cincuenta y dos por ciento). Y que en el 2007, el aumento fue de 20% con respecto al 2006 (año en que se eligió a los nuevos gobiernos regionales y locales). Estos verdaderos logros no se toman en cuenta.

Ciertamente, las capacidades del Estado deben mejorar (lo que se logra con una verdadera reforma del Estado y no solo con gerentes, tema sobre el cual volveremos) y, también, que bajo Valdivieso se metió el hacha por todo lado y que el Plan Estímulo se demoró.

Dicho esto, resulta que hoy se rasgan las vestiduras por la “escasa inversión pública”, los mismos que desde 1991 hicieron todo lo posible para que el Estado se redujera a su mínima expresión, privatizando empresas públicas, preparando el despido de 200,000 empleados públicos en el 2006 y reduciendo la inversión pública a solo 2.8% del PBI durante el gobierno de Toledo para, de esa manera, lograr el equilibrio fiscal.

A todo esto, ¿qué sucede con la inversión privada, que representa el 20% del PBI, o sea que es 5 veces superior a la inversión pública? Dice el MEF que va a caer en 5.2% en el 2009. Oiga, pero eso no hay que decírselo a nadie porque nos malogra la campaña contra el Estado paquidérmico, ineficiente y burocrático. Faltaba más.

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