Joan Royo Gual
 
El Mercosur avanza cada semana un pasito más… hacia un choque de trenes entre los dos pesos pesados del bloque, Brasil y Argentina. Las posturas son irreconciliables, y el grupo está más dividido que nunca. El ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, ni siquiera intentó disimularlo con unas polémicas declaraciones esta semana.
 
 

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"Nosotros no vamos a salir del Mercosur, pero no aceptaremos un Mercosur como herramienta ideológica. El Mercosur es una plataforma de integración en la economía global. Si no entrega ese servicio nosotros vamos a modernizarlo, y los incomodados que se retiren", afirmó en un evento promovido por la Internacional Chamber of Commerce (ICC Brazil) el lunes.
 
Por si no había quedado claro a quién se dirigía, remató: "Argentina dijo eso un día: el Mercosur es como es y los incomodados que se retiren; se lo vamos a devolver".
 
El principal elemento de tensión es la postura brasileña de reducir la Tarifa Externa Común (TEC) que se practica en el Mercosur al diez por ciento, algo a lo que se opone frontalmente el Gobierno argentino, que cree que sería muy perjudicial para su economía, especialmente en este momento de vulnerabilidad por los efectos de la pandemia.
 
Guedes, en cambio, defiende que justo ahora es el momento de bajar las barreras del bloque regional al comercio exterior: "(Será) una apertura gradual, segura, pero irreversible. Vamos a abrir (el bloque). La hora de abrir, de hecho, es ahora", argumentó, señalando el aumento de la inflación.
 
"Nos mantendremos firmes en esa posición. Y Argentina parece que está muy firme en una posición antagónica a la nuestra", resaltó Guedes sobre las disputas internas del bloque comercial. Además, criticó la exigencia de consensos para cambiar las reglas del Mercosur, algo que en su opinión acabó usándose como un veto.
 
URUGUAY TAMBIÉN QUIERE IR POR LIBRE
 
La retórica del jefe del equipo económico del Gobierno brasileño ha ido a más en los últimos meses y señala cierta impaciencia con los vecinos argentinos. En agosto afirmó que Brasil es "demasiado grande para permanecer preso en una jaula" y que si hace falta "romperá" esa jaula.
 
Pero la "jaula" puede empezar a romperse (o al menos abrirse) por el sur: a principios de este mes el Gobierno de Uruguay contribuyó a elevar aun más la tensión al anunciar que está ultimando los detalles para un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, por su cuenta, al margen del resto de socios del Mercosur.
 
El presidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle Pou, afirmó que el país "tiene prisa" porque cada día que pasa es "un día perdido" y garantizó que no es necesaria la aprobación de los parlamentos de los demás países que integran el bloque para que Uruguay firme el acuerdo con China. Argentina y Paraguay no piensan lo mismo. 
 
 
Con información de Sputnik