¿Otra vez hasta el fondo del pozo?
Por Humberto Campodónico

Es necesario volver sobre la propuesta de rebaja del Impuesto a la Renta (IR) a las empresas que realizó el ministro Carranza. Si bien ya no será considerada en el presupuesto de este año (lo que lamenta el presidente de la Confiep, Jaime Cáceres), la propuesta sigue en estudio porque dice el Ministro que "tenemos que alinearnos con la tendencia internacional de rebajas del impuesto a la renta en los últimos años".

 

 

Pero si se revisan los datos recientes, encontramos, por ejemplo, que la OCDE (organismo de los países industrializados) dice: la carga impositiva promedio, medida como la relación entre impuestos y PBI, ha regresado a los mismos niveles del 2000, después de una breve reducción entre el 2001 y el 2004, de acuerdo al informe "Estadísticas de los ingresos tributarios" (noviembre del 2007, www.oecd.org).

Ese es el indicador central, pues relaciona la capacidad del Estado para atender sus compromisos con los ciudadanos, es decir, su Presupuesto anual lo que incluye, obviamente, la inversión social y en infraestructura. En el Perú estamos a la cola de América Latina con el 15.2% del PBI. Si se toma como unidad de análisis solo el IR a las empresas y se le compara con otros países, entonces estamos poniendo la carreta delante de los caballos.

Recordemos que John Williamson, el papá del Consenso de Washington, dijo que uno de las principales autocríticas era que la reforma tributaria de principios de los 90, priorizó en demasía los impuestos indirectos (el IGV y los impuestos selectivos al consumo –combustibles, bebidas alcohólicas–. Y que para promover una mayor equidad era clave aumentar los impuestos directos, es decir, IR. Pero lo que propone el ministro Carranza es exactamente lo opuesto.

Debe decirse que quienes realizan una intensa campaña para bajar el IR son… los propios interesados, es decir, los empresarios. Así, la firma KPMG acaba de publicar un informe que insta a los países a bajar sus tasas de IR "para que compitan con otros países que están haciendo lo mismo". KPMG provee servicios de auditoría y asesoría tributaria a empresas de 148 países del mundo. Lógicamente, favorecen a sus asesorados.

KPMG quiere "lograr competitividad" bajando el IR hasta el fondo del pozo. Lo mismo que cuando se bajaron las regalías e impuestos a las empresas mineras y petroleras, con los resultados criticables que conocemos porque los países no se benefician como debieran de la renta de sus recursos naturales, algo que continúa en el Perú pero que ha cambiado en otros países de la Región.

Sin embargo, la tasa de IR en el Perú de 30% (hay un 4% adicional si se distribuyen utilidades) es menor que la de Argentina y Colombia (35%), Venezuela y Brasil (34%). En Chile, la tasa es 17%, pero si se repatrian utilidades, la tasa global sube a 35% –eso no está en el gráfico– ("Impuestos a la renta en América Latina", www.kpmg.com).

Agrega KPMG que en Vietnam la tasa es 29% y en China 33% pero que, después de años de estudio (ojo), bajará a 25% en el 2008. KPMG nos compara con los países del Este (que recién entran a la Unión Europea) donde la tasa del IR ha bajado y ahora es 20%. Otra cosa que rara vez se dice es que si una empresa paga en cualquier país una tasa menor a la que se paga en EEUU (30%), entonces la Sunat de EEUU cobra la diferencia.

Así las cosas, hay razones de fondo y de forma para oponerse a la rebaja del IR que quieren los empresarios y todos aquellos que, como Carranza, vienen de la empresa privada e irán hacia ella.

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