El Gobierno de España aprobó este martes un anteproyecto de ley para limitar los denominados "beneficios caídos del cielo" de las compañías eléctricas, que permiten a permiten a las empresas incluir en el recibo los costes de las emisiones de carbono pese a producir la energía con fuentes nucleares o hidroeléctricas que no generan gases de efecto invernadero.
 
 

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"Queremos garantizar que los consumidores se vean también beneficiados por el precio al alza del CO2 y que los beneficios que actualmente van a las cuentas de resultados de las empresas puedan también generar un beneficio positivo en la factura de los consumidores domésticos e industriales", explicó en rueda de prensa la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribero.
 
Esta medida, según los cálculos del Ejecutivo, permitirá reducir los cargos a la factura, permitiendo un ahorro de hasta el 4 por ciento para consumidores eléctricos y del 1,5 por ciento para industriales.
 
En concreto, Ribera detalló que los beneficios caídos del cielo (término que proviene de la expresión windfall, en inglés) actualmente suponen más de 1.000 millones de euros que "pasan directamente a las cuentas de las empresas".
 
La disminución de estos beneficios se aplicará únicamente a centrales no emisoras que ya estuvieran funcionando en el año 2005 (cuando entró en vigor la legislación sobre CO2).
 
Este ingreso se destinará ahora en un 90 por ciento a financiar el régimen de renovables y el 10 por ciento restante financiará los bonos sociales a consumidores vulnerables.
 
"Es lógico que las compañías busquen maximizar sus beneficios, pero nosotros debemos velar por los españoles y asegurar la compatibilidad de ese legítimo interés de las compañías con el bienestar de los españoles", añadió Ribero.
 
La aprobación de este anteproyecto coincide con la entrada en vigor de la nueva factura de la luz en España, cuya configuración hará que el montante del recibo dependa en mayor medida de en qué momento del día se produzca el consumo en lugar de cuánta energía se use.
 
El nuevo método fue criticado duramente por la oposición y asociaciones de consumidores ya que, si bien puede servir para rebajar el coste de la electricidad en los hogares, ello depende de que los españoles cambien sus hábitos y, por ejemplo, pongan la lavadora o cocinen en la franja horaria más barata, pasada la medianoche. 
 
 
Con información de Sputnik