Mariano Ignacio Prado, agente de la República de Chile desde 1865

Escribe: César Vásquez Bazán

Prado confiesa su identificación con Chile en carta al capitán de navío José María Salcedo.

Para "ayudar a Chile" Prado haría que Perú declare la guerra a España.

En octubre de 1865, cuando aún no era dictador del Perú pero se encontraba muy próximo a los gobernantes de turno, el coronel conspirador Mariano Ignacio Prado escribió la anterior carta al capitán de navío de la Armada Peruana José María Salcedo. En la misiva, Prado le confiesa a Salcedo que es su determinación personal la de “ayudar a Chile”haciendo que el Perú declare la guerra a España.

  La carta de Prado a Salcedo reviste importancia histórica pues permite comprobar formalmente su alineamiento político y militar con la República de Chile desde 1865. Es una demostración palmaria de la influencia que ejercieron sobre Prado los agentes chilenos Benjamín Vicuña Mackenna y Domingo Santa María, quienes, meses antes, visitaron a Prado en el campamento de Chincha Alta para asegurarse que Perú pusiera su escuadra al servicio de Chile. Los agentes del país del sur entregaron a las fuerzas pradistas recursos para financiar el golpe y colocaron en el campamento de Chincha Alta personal militar chileno no uniformado, cercano a Prado, para alentar los esfuerzos golpistas.

  Gobernaba el Perú en octubre de 1865 el presidente Diez Canseco que, con el apoyo del propio Prado y otros militares, había derrocado a Pezet. El capitán Salcedo, por su parte, se encontraba en Inglaterra, supervigilando la construcción del monitor Huáscar, comprado por el gobierno de Pezet.

  La carta de Mariano Ignacio Prado tuvo como objetivo indicar a Salcedo que debería asegurar que el Huáscar saliera de Inglaterra antes que Perú declarase la guerra a España, evitando así su incautación por el gobierno inglés so pretexto de su condición de país neutral.

  Asimismo, el documento permite deducir que Prado sabía que en muy pocos días se produciría un alzamiento que lo llevaría a él a ocupar la presidencia dictatorial del país. Traicionó así a Diez Canseco, su colega de aventuras golpistas. Si no hubiera tenido la certeza de la realización del golpe en provecho suyo, Prado no hubiera escrito con tanta seguridad, respecto a la declaratoria de guerra que él haría a España (acción que finalmente se produjo en enero de 1866).

  En la versión del folleto de García y García del cual hemos tomado la carta de Prado, existe un error tipográfico en el año que fue redactada. Erróneamente, aparece éste como 1869, debiendo ser 1865. El texto de la carta es el siguiente:

Señor Capitán de Navío Don José María Salcedo

Londres

Chincha Alta, octubre de 1865

Mi estimado amigo:

  Un acontecimiento grave y de inmensas consecuen­cias, me obligaa dirigirme a Usted bajo la más severa re­serva. Siempre he creído que era Usted tan caballero co­mo patriota, y el Perú, en estos momentos, acaso más que nunca, necesita del concurso de los patriotas y de los hombres de honor. Por eso me dirijo a Usted en la se­guridad de que mis intenciones se cumplirán exacta­mente en la parte que le toca.

  El vapor que le lleva la presente, le llevará también la desagradable noticia de que los buques españoles han bloqueado los puertos de Chile, y que esta última nación ha declarado la guerra a España. Usted no ignora, amigo mío, que Chile, la pa­tria generosa de Usted, se encuentra comprometida por lo que hizo en favor del Perú. Yo que di el grito de revolución en Arequipa, porque creí y creo que los tra­tados de enero eran un padrón de infamia para mi país, he determinado ahogar la guerra civil y ayudar a Chi­le. Usted comprende que el Perú debe pagar esa deuda sagrada, que el Perú debe hacer la guerra a España, cueste lo que cueste.

  Mi determinación es irrevocable, y es más que probable que el próximo vapor lleve a Usted la noticia de la declaración de guerra que hará el Perú a la España. Era para mí un deber participar a Usted el giro que en esta quincena tomará la política revolucio­naria, a fin de que Usted tome sus medidas. Ignoro amigo mío, el estado en que se encuentra el buque [Huáscar] cuya cons­trucción le está encomendada; pero cualquiera que sea vea Usted manera de hacer un milagro si es posible. A los hombres como Usted, en circunstancias como las actuales, se les puede pedir mucho, porque hay derecho de esperarlo todo. Nada recomiendo a su prudencia; las medidas que Usted adopte, dejo que se las dicte el do­ble deber que tiene Usted paria con el país en que ha naci­do y para con su patria adoptiva.

  No necesito casi decir a Usted que mi plan está defini­tivamente resuelta para ahogar la guerra civil y presentarnos todos los peruanos, sin distinción de partidos, unidos y fuertes, listos a combatir como podamos, en unión de Chile, a la España, nuestro enemiga común.

  Acepte Usted la consideración de particular estimación y aprecio con que me repito de Usted su muy atento ami­go y seguro servidor.

      Mariano Ignacio Prado

  Precisando aun más el espíritu de mi carta, añadiré que la declaratoria de guerra que lanzará la república, marchará probablemente como dejo dicho, por el pró­ximo vapor, y que Usted obre de modo que allá no impidan la salida del buque de su mando, lo que impediría quizá, seguir permaneciendo en ese puerto, hasta que llegase y fuese conocida de ese gobierno dicha declara­toria.