Margarita Guerra Martiniere
Esta semana el Perú ha recordado con mucha gratitud la obra del distinguido patriota tacneño Gustavo Pons Muzzo, fallecido este 6 de febrero de 2008, pero, ¿será cierto el reconocimiento, no sólo de palabra, sino con hechos?

 

Hemos visto respetuosas y elogiosas palabras para referirse a este connotado historiador, así como gestos, desde académicos hasta políticos, incluyendo los del Presidente de la República, quien envió su edecán a los funerales.

Todo lo anterior es la forma protocolar, por cierto, oportuna para esta ocasión, sin embargo, el mejor tributo que se podría rendir a nuestro personaje sería el reconocimiento de su obra, en especial, allí donde quiso llegar con toda diligencia y dedicación casi heroica: el mundo de los escolares. Recordemos por ejemplo que se esmeró por que los alumnos contaran con una valiosa ayuda visual, cuales son las ilustraciones y dibujos que encargó a la pintora Etna Velarde.1

En primer lugar, el curso de Historia del Perú ha desaparecido del currículo escolar y se ha convertido en un apéndice del curso de Ciencias Sociales, donde a la Historia del Perú le toca un rol secundario, lo cual es un escándalo, teniendo en cuenta que el Perú es el país con la historia más rica de América, elemento que debería servir para los siguientes propósitos:

  • Fomentar valores patrióticos
  • Formar la autoestima del educando
  • Cultivar el respeto por nuestros sitios históricos
  • Fortalecer la identidad nacional


Por otro lado, la nutrida Historia del Perú es difícil abordarla de una manera adecuada si no se la trata con un número apropiado de horas en el calendario escolar, por lo que sería necesario que recobre el número de horas por semana que tenía como curso o asignatura independiente, no asociada con otros contenidos.

Los textos escolares actuales

Para agravar el problema, como ya hemos visto, han aparecido textos que no sólo no coinciden con la verdadera Historia del Perú, en particular en la fase que trata de la Guerra con Chile. Se ha llegado al extremo infame de incluir contenidos que denigran a nuestros héroes y, por el contrario, que enaltecen a traidores y criminales, como Miguel Iglesias o Patricio Lynch, asunto muy grave sobre el cual no vemos un pronunciamiento público y efectivo de las autoridades pertinentes.2

El problema de la corrupción



El ambiente que rodea a la selección de textos escolares que los maestros deben solicitar adquirir a los alumnos ha sido manchado por los denunciados pagos bajo la mesa, mediante los cuales las editoriales y vendedores de libros libran luchas para conquistar a los profesores, coima o prebendas por medio. De esta manera, mientras ciertos maestros y comerciantes de libros se llenan los bolsillos, el único perdedor es el alumno, que es la razón de ser de todo el sistema educativo.

Si hay unanimidad sobre la excelencia de los textos de Pons Muzzo, ¿por qué no darles la categoría de textos oficiales escolares, para así eliminar las mafias o malas costumbres? Una directiva del ministerio de Educación que estipule esta propuesta cumpliría con el doble cometido de homenajear al ilustre historiador y poner punto final a las malas prácticas, por lo menos en este curso.

El problema es mucho más grave, se está contaminando a los formadores de historiadores

Como si fuera poco todo lo arriba señalado, se advierte la penetración prochilena en los recintos universitarios con el funesto afán de presentar una historia falseada y prochilena de los hechos.

Ya hemos señalado el terrible caso de Joseph Dager, del Instituto Riva Agüero, de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)3. Pero este sujeto no es el único que se ha prestado para actuar como sirviente de los chilenos.

Margarita Guerra Martinère


Para terminar, señalamos lo que dice Margarita Guerra Martinère, directora del Instituto Riva Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú, mencionada en el ámbito académico y en los medios de comunicación como destacada historiadora. Se lee sus declaraciones en Mar de Chile (http://www.mardechile.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=240&Itemid=47) el 25 de abril de 2005:

Respecto de los textos escolares, Margarita Guerra advierte que éstos varían según su autor. Uno de los más populares es el de Gustavo Pons Muzzo, un historiador tacneño que tiene una visión marcadamente antichilena. Es un manual, agrega, que, con modificaciones, sigue vigente.


Para esta señora, Gustavo Pons Muzzo debe ser un enfermizo antichileno y tal vez un renegado o resentido, si no, no entendemos cómo ha podido atreverse a denigrar así a una persona reconocida por los peruanos como un honorable académico.

Con esta clase de directora entendemos la catadura de alumnos que produce el Instituto Riva Agüero. Para muestra un botón, que ya fue señalado en Con Nuestro Perú: Joseph Dager, un desvergonzado sirviente de la causa chilena.

Desconocemos las razones por las cuales la directora del Instituto Riva Agüero denigra al respetado y apreciado historiador Gustavo Pons Muzzo. Parece difícil creer que se trate de celos académicos. Lo más presumible es que la susodicha hable así a causa de posibles favores de parte de Chile.

La PUCP haría bien en aclarar al público este misterio que mancha su prestigio, a causa de la soplona y servil Margarita Guerra. ¿Se trata de convenios de la PUCP con Chile por cuyas prebendas los académicos son capaces de vender su alma? ¿Se trata de pagos recibidos a título personal por esa señora? ¿Estamos ante la aplicación del falseamiento de la historia del Perú pactado por el traidor Allan Wagner y los chilenos?4 Este asunto huele muy mal y está haciendo mucho daño al país, pues la PUCP es una institución que participa de manera activa en el quehacer académico, en este caso, en el ámbito de la Historia del Perú.

Por sus frutos, es decir, por sus declaraciones y por la clase de alumnos que ha formado esta señora, vemos que algo muy grave sucede en el Instituto Riva Agüero, y que merece ser esclarecido.

Es claro que el Perú no necesita de ninguna manera consultar la forma en que debe narrar su historia ni la opinión que nuestros textos susciten en Chile, país delincuente y enemigo, que en pleno siglo XXI realiza apología de los crímenes cometidos en la guerra de rapiña contra el Perú. Con los hampones no hay nada que consultar. Al Perú lo único que le hace falta son historiadores honestos que relaten y analicen la Historia del Perú de manera objetiva.

La excusa de la complementación e integración bilateral no es más que una trampa en la que el Perú ha caído para mal. Seamos realistas, Chile no complementa para nada al Perú, no necesitamos de Chile ni necesitamos integrarnos con un país enemigo. Cuando hay un delincuente en el barrio la prudencia exige distancia. No necesitamos a Chile para para la historia ni para ninguna otra materia. Vemos que con el pretexto de la integración se pretende dañar la identidad e intereses económicos nacionales. ¿Cuál es el interés de los chilenos en intentar crear "historias" para su conveniencia?
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1 Ver: Etna Velarde, una vida dando vida a nuestra historia

2 Ver:¡Infamia contra escolares al descubierto!

¡Lavado cerebral a escolares promovido por Ministerio de Educación!


3 Ver: Joseph Dager, uno de los más avezados sirvientes prochilenos

4 Ver: Chile pidió cambiar textos de la Guerra del Pacífico