Acta del Consejo de Guerra a bordo de la corbeta "Unión" el 8 de octubre de 1879 confirma la vergonzosa fuga del navío comandado por Aurelio García y García

Escribe: César Vásquez Bazán

Acta del Consejo de Guerra realizado el 8 de octubre de 1879 a bordo de la corbeta “Unión”, tras haber abandonado a Miguel Grau y al monitor “Huáscar” frente a los blindados chilenos “Cochrane” y “Blanco Encalada” y demás naves de la escuadra enemiga (Del Campo 257-259). Con este documento, Aurelio García y García, comandante de la Segunda División Naval, a bordo de la “Unión”, intentó justificar su fuga del combate de Angamos.

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El 8 de octubre de 1879, Aurelio García y García abandonó frente al enemigo chileno a las grandes esperanzas de defensa que tenía el Perú en la Guerra del Salitre. Nos referimos a Miguel Grau y el Huáscar. Por tan deshonrosa acción, la prensa de Lima cambió el apellido a García y García: comenzó a llamarlo Aurelio Corría y Corría.

El comportamiento de García y García fue severamente criticado por dos razones. La primera fue su decisión de no auxiliar a la nave capitana comandada por Grau; la segunda fue por su negativa a combatir con el transporte Loa y, eventualmente, con la corbeta O’Higgins, naves chilenas que la perseguían en su retirada de Angamos a Arica.

Para analizar estas acusaciones, el lector debe tomar en cuenta los siguientes elementos de juicio:

1.  El 8 de octubre de 1879, la Unión navegaba en convoy con el monitor Huáscar. La operación que ejecutaban ambas naves estaba al mando del almirante Miguel Grau. Por tanto, la Unión no iba en misión individual sino en misión conjunta, siendo el Huáscar la nave capitana.

2.  A las 4:30 de la mañana del 8 de octubre, la Unión reconoció el humo de tres vapores enemigos: un blindado y dos vapores más: el blindado Blanco Encalada, la goleta Covadonga y el transporte Matías Cousiño.

3.  En el Parte Oficial del Combate de Angamos, García y García (5-8) afirmó que gracias a que la Unión se interpuso entre el Huáscar y las naves chilenas, logró que éstas siguieran navegando hacia el sur, con lo que ayudó al monitor de Grau a escapar hacia el norte.

Se trata de una interpretación errónea de García y García. Las naves chilenas no siguieron a la Unión; simplemente, su plan de ataque consistía en colocarse al sur del Huáscar para impedirle la retirada al sur. Forzaron así a Grau y su monitor --y a la propia corbeta Unión-- a navegar hacia el norte, donde el Huáscarsería interceptado por el blindado Cochrane, la corbeta O'Higgins y el transporte Loa.

4.  A las 9:30 de la mañana, el Huáscar decidió presentar combate en vista que “ya no tenía salida”. Ése es el momento en que la corbeta Unión abandonó a Miguel Grau a su suerte, iniciando su fuga hacia el norte.

5. La Unión pudo escapar de Angamos por su velocidad --que llegaba hasta los trece nudos-- superior a la del monitor de Grau y a la de los buques atacantes chilenos.

6. El acta del Consejo de Guerra asevera que la Unión fue perseguida por “el resto de la escuadra chilena”. La afirmación es engañosa.  A la Unión sólo la persiguieron dos naves: el transporte Loa y la lenta corbeta O'Higgins (y ésta, cada vez a mayor distancia). Ninguno de los blindados chilenos —ni el Almirante Cochrane ni el Blanco Encalada— persiguió a la Unión; permanecieron ambos frente a Angamos, cañoneando y ametrallando al Huáscar y masacrando a Miguel Grau y sus valientes compañeros.

7. A las 2:30 de la tarde el transporte Loa se encontraba cuatro mil metros al sur de la Unión. A esa misma hora, por su lentitud, la corbeta O'Higgins estaba diez a doce millas al sur del Loa (Boletín de la Guerra del Pacífico, 369).

8. Según el primer acuerdo del Consejo de Guerra, en caso que las naves enemigas pudiesen “ofender con sus fuegos” a la Unión  se trabaría combate con ellas, “cualesquiera que fueran las consecuencias y número de aquellas”.

¿Qué fue lo que sucedió? Se sabe que la corbeta Unión fue cañoneada por el Loa en cuatro oportunidades. Tres disparos del transporte chileno fueron granadas de setenta libras, disparadas a las 2:30 p.m., 2:45 p.m. y a las 3:29 p.m. del 8 de octubre de 1879. El cuarto disparo fue una granada de 150 libras a las 2:40 p.m. (Boletín de la Guerra del Pacífico, 370). Los proyectiles del Loa cayeron muy cerca de la Unión (Paz Soldán, 258).

Como lo demuestran los cuatro disparos del Loa, éste sí estuvo a tiro de cañón de la Unión pero la nave peruana se negó a responder la agresión del Loa, faltando al acuerdo de su propio Consejo de Guerra.

9.  La comparación del armamento de la Unión con el de las naves chilenas indica que la Unión hubiera podido enfrentarse al transporte Loa y a la corbeta O’ Higgins que la perseguían.

El armamento de la Unión consistía en quince cañones, de los cuales doce eran Voruz de setenta libras —colocados en batería, a babor y estribor de la nave— dos eran Armstrong de setenta libras —posicionados en la proa— y uno era un Whitworth de nueve libras.

El transporte chileno Loa, que intentaba cazar a la Unión, era una nave rápida que podía alcanzar doce nudos de velocidad máxima. Tenía tres cañones, uno de 150 libras y dos de setenta libras.

Por su parte, la corbeta O'Higgins estaba artillada con siete cañones, tres de ellos de 115 libras, dos de setenta libras y dos de cuarenta libras. Por ser relativamente lenta —sólo tenía un andar máximo de diez nudos de velocidad— quedó muy retrasada en la persecución de la Unión. En términos prácticos, la caza de la corbeta peruana quedó en manos del Loa.

10. El problema para la Unión radicaba en que si aceptaba el combate planteado por el transporte chileno se vería obligada a reducir la velocidad y cambiar de rumbo para poder utilizar sus baterías laterales. A pesar del acuerdo del Consejo de Guerra de la Unión, García y García decidió no responder y continuó la retirada hacia Arica.

11. García y García adujo en su defensa que él cumplió las instrucciones impartidas por el Director Supremo de la Guerra Mariano, Ignacio Prado. Las órdenes de Prado únicamente lo autorizaban a entrar en combate contra fuerzas inferiores o cuando no estuviera en capacidad de huir.

12.  A su regreso al Perú, García y García dejó el mando de la Unión a su comandante, el Capitán de Navío Nicolás F. del Portal. Meses después, Piérola relevó a Portal con el Capitán de Navío Manuel Villavicencio. En cuanto a García y García, luego de evadir el Combate de Angamos no volvió a comandar durante la guerra ninguna nave de la marina peruana.

Obras citadas

Boletín de la Guerra del Pacífico. 1979. Santiago: Editorial Andrés Bello.

Del Campo, José Rodolfo. 1920. Campaña Naval. Correspondencias a “El Comercio”. Año de 1879. Lima: Librería e Imprenta Gil.

García y García, Aurelio. 1880. La Corbeta “Unión” el 8 de octubre de 1879. Lima: Imprenta del Teatro.

Paz Soldán, Mariano Felipe. 1884. Narración histórica de la guerra de Chile contra el Perú y Bolivia. Buenos Aires: Imprenta y Librería de Mayo.

 

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