batalla tarapaca

Roxanne Cheesman*

En las primeras décadas del siglo XIX, el trigo que Lima importaba de Chile continuó siendo el centro de los conflictos entre las dos naciones y fue una de las razones de la declaratoria de guerra a la Confederación Peruano-Boliviana.

El Callao era el puerto más importante de Sudamérica. Pero desde fines del siglo anterior, su competencia con Valparaíso crecía debido a que este último se fortalecía con el comercio de trigo y harinas con Lima a cambio del azúcar peruana a lo largo del siglo XVIII.

Tras los primeros años de la independencia, Chile alcanzó mayor estabilidad política porque, a diferencia del Perú, el 80% de su población y producción se centraba en el Valle Central, y focalizó su política comercial en fortalecer Valparaíso y en asegurar las condiciones de la venta del trigo al Perú.

Para ello, desde 1827 buscó celebrar un Tratado de Comercio con el Perú, para eliminar o reducir el arancel peruano de 3 pesos por fanega de trigo. Pero las misiones que llegaron al Perú para negociarlo fracasaron, pues los gobiernos [peruanos] requerían el dinero de ese arancel. El desacuerdo originó una corta guerra de aranceles. Chile subió los aranceles a la importación de nuestra azúcar y en respuesta les subimos aún más los aranceles de su trigo.

En 1833, Orbegoso reemplazó al presidente Gamarra y ante la presión de los exportadores de azúcar, envió una misión comercial a Chile. El resultado fue la forma de un tratado ventajoso para Chile, pues rebajaba los aranceles. Pero el tratado debía ser ratificado y mientras el documento viajaba para ser firmado en el Perú, Salaverry ocupó, golpe de estado mediante, la presidencia, aprovechando la ausencia de Orbegoso. El cónsul chileno firmó el tratado con Salaverry, quien lo suscribió para ganar el apoyo de los exportadores de azúcar y el de los chilenos contra el “boliviano” Santa Cruz. Era junio de 1835.

Pero el primer acto de Orbegoso al recuperar Lima al mando de las fuerzas de la Confederación fue, de acuerdo con Santa Cruz, anular el tratado en mayo de 1836, causando la irritación chilena. Esto coincidió con la creación de la Confederación Peruano-Boliviana y la toma del poder por Santa Cruz. Chile lo sintió como una amenaza geopolítica, por lo cual declaró la guerra al Perú.

Agustín Gamarra aprovechó la ocasión para retomar el poder y junto a sus partidarios exiliados en Chile, como Felipe Pardo, acordaron con el gobierno de Santiago que reconoceríamos las deudas de la Independencia, derogaría las disposiciones comerciales de Santa Cruz y se restablecería el tratado sobre el trigo. Chile, por su parte, apoyaría militarmente a los exiliados peruanos, entre los que figuraba Castilla, para derrocar a Santa Cruz.

Luego del triunfo de la segunda expedición chilena contra Santa Cruz, Gamarra, como presidente, aprobó el reglamento de comercio de 1839, cumpliendo con rebajar el arancel del trigo.

Así, los mismos peruanos y sus rivalidades políticas mostraron a Chile el camino del Perú, consolidaron Valparaíso y, como en el siglo XVII, originaron que el cultivo del trigo en Lima fuera abandonado,

* Economista e investigadora peruana.

El Comercio, Lima 30-06-2012


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