El consumo de licor en la corbeta "Esmeralda" el 21 de mayo de 1879

Por César Vásquez Bazán

(Importante: Todas las fuentes bibliográficas citadas en este artículo son chilenas.)

corbeta esmeralda 2

Corbeta Esmeralda

Pocos momentos despues i casi a las dos horas de combate, el Huáscar nos acertaba su primer balazo, el cual, penetrando por babor, salió por estribor, llevándole la pierna a uno, abriendo un agujero como de un metro cuadrado i declarando un pequeño incendio que fué sofocado a tiempo por la jente a ese objeto.

Como continuaran hostilizándonos desde tierra, hicimos sobre ellos cinco disparos de cañón, al mismo tiempo que los rifleros hacían fuego graneado sin interrupción, que era también contestado, causando bajas entre nuestras jentes. Yo me hallaba próximo a la amurada de estribor junto con el teniente Uribe, cuando una granada dió en ella, abriéndola, lanzando léjos el cabillero e hiriendo a un sirviente del cañon en que yo estaba. En estos momentos se acercó a mí el teniente Serrano i me dijo:—”Vamos a la cámara a tomar la última copa.” Lo seguí i allí, despues de darme un abrazo, me dijo algunas palabras que indicaban lo resuelto que se encontraba para todo.

El teniente Serrano invita al guardiamarina Zegers: "Vamos a la cámara a tomar la última copa".
(Ahumada 1884, 303)

No sólo Arturo Prat bebió licor en la Esmeralda en los momentos previos y durante la realización del Combate Naval de Iquique. Hubo otros oficiales que también buscaron en el alcohol el valor necesario para pelear. Además de Prat, puede mencionarse los nombres del  teniente segundo Ignacio Serrano y el teniente primero Luis Uribe. Principalmente, los tres oficiales consumieron cognac, un aguardiente de graduación alcohólica muy elevada.

Al respecto, existe el testimonio acusador del guardiamarina de la Esmeralda, Vicente Zegers Recasens, incluido en la carta dirigida a su padre, fechada el 28 de mayo de 1879. En ella, Zegers relata que al finalizar la segunda hora del combate, el teniente Ignacio Serrano se acercó a él y le dijo: "Vamos a la cámara a tomar la última copa" (Ahumada 1884: 303). Puede deducirse que el teniente Serrano, encargado de los cañones de babor de la Esmeralda, compartió con el guardiamarina Zegers la última de varias copas que ingirió ese día.

Durante el segundo espolonazo del Huáscar, aprovechando del contacto de ambas naves, el teniente Serrano saltó sobre el monitor peruano en acto de desesperada embriaguez, en busca de lo que él denominó la única posibilidad de "salvación" para la tripulación de la Esmeralda. Así lo confesó Serrano, en diálogo con el ingeniero embarcado en la Esmeralda Juan Agustín Cabrera Gacitúa (Ahumada 1884: 373):

Volvamos al combate

En pocos instantes la muerte de Prat era conocida de casi todos. Uribe, su segundo, que estaba a proa, corrió a ocupar su puesto. Serrano, Riquelme, Fernandez, Zegers, Sanchez, Wilson i Hurtado, corren a agruparse al lado del nuevo comandante. Pocas palabras se cambian entre ellos, porque el mismo sentimiento los domina.
Uribe termina aquella corta revista, que solo debia tener por objeto comunicarse todos que su ilustre jefe habia muerto,diciéndoles: «Nos mantendremos como estamos.» Llamó en seguida al injeniero Hyatt i le dijo: «Tenga listas las válvulas.»— «Están listas,» contestó éste.
En esos momentos solemnes Serrano decía. «No nos queda otra salvación que el abordaje.» I corria a proa a apuntar i preparar su jente.

Para el teniente Serrano saltar al Huáscar era la única salvación de la tripulación de la Esmeralda. Claramente le dijo a Cabrera Gacitúa: "No nos queda otra salvación que el abordaje".
(Ahumada 1884, 373)


El testimonio de Zegers también incluye el caso del teniente primero Luis Uribe, segundo comandante de la Esmeralda,quien en su puesto del castillo de proa acudía con frecuencia al uso de su botella de cognac. Parece que el tratamiento con aguardiente fue bastante "efectivo": el guardiamarina Zegers confiesa que después de "refrescarse" con el preparado de Uribe, regresó a popa donde se ocupó "en disparar con varios cañones" (Ahumada 1884: 303).

Subí al castillo, donde me refresqué con un poco de agua con coñac que tenia el teniente Uribe i en seguida me fuí de nuevo a popa, donde me ocupé en disparar con varios cañones.

El guardiamarina Vicente Zegers se refresca con el "milagroso" preparado de cognac del teniente Luis Uribe.
(Ahumada 1884, 303)

Subí al castillo, donde me refresqué con un poco de agua con coñac que tenia el teniente Uribe i en seguida me fuí de nuevo a popa, donde me ocupé en disparar con varios cañones.

Beber a bordo de la Esmeralda no fue conducta seguida únicamente por el capitán Prat, el teniente Serrano, el teniente Uribe y el guardiamarina Zegers. Participó de ella toda la oficialidad de la nave chilena. Incurrían en esa práctica alentados por el ejemplo del comandante de la división naval a la que pertenecía la Esmeralda, el empedernido alcohólico Enrique Simpson, capitán del blindado Almirante Cochrane, criminal de guerra responsable del cobarde bombardeo de ciudades peruanas no fortificadas, como Pisagua.


Fuentes chilenas

Ahumada Moreno, Pascual. 1884. Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra de que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia. Volumen I. Valparaíso: Imprenta del Progreso.

© César Vásquez Bazán, 2013
Abril 15, 2013

http://cavb.blogspot.com/

 

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