joseph dager

En la Universidad Católica

Nuestro país está siendo infiltrado por agentes chilenos que, valiéndose de sirvientes incondicionales, están tejiendo una red que busca dañar la identidad nacional y emprender una conquista cultural del Perú, trabajo realizado por Chile por décadas desde el término de la Guerra del Pacífico, pero que halló su punto máximo en 1985, durante el primer gobierno de Alan García, cuando se firmó en secreto un acta por la cual el Perú aceptaba falsificar la historia de la Guerra con Chile y presentar a nuestros escolares una versión prochilena de los hechos1.

 

Para perpetrar esta bajeza, los chilenos han buscado lacayos de diversas profesiones, pero han encontrado sus más útiles aliados entre ciertos profesores de Historia, para envilecerla en los libros escolares. Ellos han trabajado al ritmo de los dictados chilenos. El resultado son textos escolares y otros trabajos dirigidos a servir los intereses del gobierno chileno, contra la identidad peruana y la soberanía nacional2.


Los agentes chilenos han logrado captar por lo menos a Joseph Dager, profesor colaborador del Instituto Riva Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde —triste es decirlo— han encontrado profesores y licenciados en Historia que no le hacen ascos a la barbarie chilena y serían capaces de perpetrar la denigrante tarea de deformar la historia de la Guerra con Chile. ¿Cuántos proyectos con los chilenos tiene el Instituto Riva Agüero?3 ¿Se venden por un plato de frejoles?

Conozcámoslos bien


Dager se comporta como un perfecto sirviente prochileno, o como un perro presto a mover la cola ante su amo, es decir, Chile.

Ante la reciente noticia de los trabajos que una constructora pretende realizar en los terrenos de Chorrillos que albergan entierros de peruanos defensores del Perú durante el conflicto bélico con Chile, este mayordomo de los chilenos dijo que se puede dedicar en el lugar un espacio para memoria de nuestros antepasados, pero que ello no debe ser obstáculo para el avance de obras, pues se debe apostar por el presente, por el desarrollo. Sí pues, a Dager no le importa que se pisotee nuestro pasado. Cree que los peruanos somos tan estúpidos para creer que desarrollo es faltar el respeto a quienes ofrendaron sus vidas defendiendo nuestra patria de la invasión de los homicidas y rateros chilenos.

Así Dager cumple la consigna de sus amos chilenos de ensombrecer y distorsionar nuestra historia con el pretexto de vivir el presente, bocado mental que los chilenos pretenden imponer al Perú con el colaboracionismo de peruanos venales. Esta intención la vemos partir inclusive desde la cancillería chilena, que proclama —cuando se trata de la historia de la Guerra del Pacífico— que no debemos mirar hacia atrás, sino proyectarnos al siglo XXI, como lo dijo Foxley y lo repite Alan García4. Los chilenos y sus lacayos quieren que miremos hacia donde ellos quieren, en una sola dirección, como el caballo (loco o no) al que se le ha puesto anteojeras.

Sobre traición de Alan García de devolver en secreto el cadáver de hampón chileno5

Para referirse a la traición del Presidente de la República, Dager comentó: “Son buenos gestos que no deben tomarse como maniobra ni menos para esperar gesto recíproco o para obtener algo a cambio”.

Es una vergüenza que estas abyectas palabras provengan de un profesor peruano de Historia, y que no hacen sino corroborar el servilismo de Dager. Para este sirviente el Perú, sin esperar nada a cambio, debe entregar lo que pide Chile, país delincuente y enemigo.

“Epopeya”

Este sujeto también ha colaborado en la producción de la serie televisiva chilena “Epopeya”, donde aparece dando su versión por el lado peruano. ¿Peruano? Es la versión de un pongo o mayordomo de Chile. En el tercer episodio, Dager participa en la reconstrucción de la batalla de Concepción y habla del "ensañamiento" de sus compatriotas con los combatientes chilenos.

“Epopeya” ha evitado mostrar la verdad sobre las atrocidades del lado chileno, pero Dager se ha prestado reptilianamente a comentar los aislados casos de arrolladoras victorias peruanas. ¿Por qué no exigió hablar de los gestos de Grau al recoger a los chilenos náufragos y el pago que dieron los chilenos aniquilando a los náufragos de nuestro barco Independencia?

“Epopeya” desde su mismo título es una ofensa al Perú, debido a que constituye apología de una acción de rapiña contra nuestro país. Se puede hablar de epopeya para referirnos a una gesta heroica, moralmente justificable; pero no tiene nada de heroico ni de epopeya lo que hicieron los criminales chilenos al invadir territorios de Bolivia y Perú. ¿Invadir territorio ajeno es epopeya? Pero este pseudointelectual de Dager ha sido incapaz de mostrar su desaprobación al título de la serie chilena; antes bien, ha prestado incondicional apoyo a sus amos.

Dager prepara una coartada, se cura en salud, al decir “… no pienso que exista una intención prochilena, por eso acepté y participé”. Quiere hacernos creer que es sólo un tonto útil y no un curtido sirviente de siete suelas. Vemos que intenta introducir una historia en la que se presente el lado “bueno” (?) de los chilenos. Por supuesto que tal cosa no se puede producir sin distraer la realidad y la atención sobre lo que hicieron las criminales hordas de rateros y asesinos chilenos que invadieron y ocuparon el Perú entre 1879-1883.

Mendigando un doctorado en Chile

“La cola mueve el perro, el hueso espera del amo”. Una razón para comprender la actitud servil de Dager es que, como si fuera la gloria y la cumbre del paraíso, espera conseguir el título de doctor de la Universidad Católica de Chile. Desglosamos:

Perro. Por su actitud arrastrada e indigna.
Cola. Mueve la cola con su ruin adulación.
Hueso. Se alegra con un hueso, que es el doctorado de una sucia universidad chilena.
Amo. Los chilenos son sus amos.

Más perlas de este sujeto

En el sitio Mar de Chile, El Mercurio, sección Artes y Letras, 25 de abril de 2005, leemos6: “Para el secretario académico del Instituto Riva Agüero, el joven historiador Joseph Dager… Estas visiones, prosigue, están recogidas en los manuales escolares y, aun cuando no sean falsas en toda su extensión, tal vez debieran matizarse, para contribuir a mejorar las relaciones. Dager es partidario de buscar puntos de encuentro a partir de figuras cuya historia sirva de unión entre los dos pueblos. El historiador propone el caso de O'Higgins, quien pasó buena parte de su infancia y sus últimos años en Lima y no está contaminado por la Guerra del Pacífico…".

Vemos la pretensión de Dager de que la historia se “matice”. ¿Por qué ese empeño? Él y sus congéneres lo hacen para evitar que los niños peruanos aprendan que los chilenos son enemigos de nuestro país, porque Chile no ha cambiado. Este pueblo bárbaro, en pleno siglo XXI, está realizando apología de los crímenes de guerra:

  • Colocando monumentos a sus criminales de guerra.
  • Llamándolos “héroes”.
  • Manipulando a serviles marinos peruanos para que homenajeen al delincuente chileno Arturo Prat.
  • Dando el nombre del ratero y terrorista Patricio Lynch a su fragata recientemente adquirida.
  • Llamando “Epopeya” a la guerra de rapiña de Chile contra el Perú y Bolivia.


Y un sinnúmero de acciones. Entendámoslo bien, Chile es un país que justifica y ensalza estos actos criminales y de pillaje, por tanto, espera repetirlos y para eso compra armamento con maniática desesperación.

La Pontificia Universidad Católica

Es una vergüenza que la Pontificia Universidad Católica del Perú, que se atribuye el título de “católica”, cuente con este sujeto como profesor. Si bien es cierto que una universidad católica puede aceptar la pluralidad ideológica, la Iglesia no puede promover el servilismo, la muerte, la apología de los crímenes de guerra, la traición ni el silencio ante estos actos abyectos. La Iglesia está llamada a promover el respeto por los derechos humanos, la dignidad humana, la patria, la verdad, la justicia y la verdadera historia.

No esperamos que todos se manifiesten contra Chile, pero repudiamos que una institución seria, y que se dice católica, permita que bajo su abrigo cualquier peruano servil haga el juego a los intereses del país que usurpa nuestros territorios de Arica y Tarapacá y continúa con sus robos contra el Perú (triángulo de 37 000 m2 de suelo tacneño y 37 000 km2 de nuestro mar).

Si esta universidad va a tolerar que estas acciones extremas se perpetren en su recinto, debería dejar de llamarse católica y podría buscar otro título más apropiado.
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1 Leer: Chile pidió cambiar textos de la Guerra del Pacífico

2 Leer:¡Infamia contra escolares al descubierto!
¡Lavado cerebral a escolares promovido por Ministerio de Educación!

3 Leer:Perú-Chile: ¿revisión de la historia?

4 Leer: Confirmado: García sigue órdenes de Chile
5 Traición de Alan García: devolvió hampón chileno en secreto

6 Leer:
http://www.mardechile.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=240&Itemid=47