Marcavalle y Concepción, resplandecientes victorias peruanas

Guerra del Pacífico, 9 de julio de 1882


Después de ocupar Lima, los invasores chilenos fueron a la sierra con dos objetivos principales: a) robar y matar gente; y b) combatir al entonces coronel Andrés A. Cáceres. Con este propósito en mente, los chilenos, al mando del ladrón, asesino y terrorista Patricio Lynch, en enero de 1882 se dirigieron a nuestra zona andina central convenientemente organizados y armados.

Nelson Manrique
Nelson Manrique

El proceso de destrucción de la educación emprendido por el primer gobierno del presidente García se agudizó en tiempos de Fujimori, mientras que en el gobierno anterior poco se hizo para revertir esa situación. La universidad peruana no estuvo a salvo de este fenómeno, pero el caso de la facultad Ciencias Sociales (especialidad de Historia) de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) es realmente serio.

¿Olvidarán (también) el 7 de junio?

bandera
por Herbert Mujica Rojas

Por la vía de los hechos, la administración actual viene impulsando la inadvertencia de fechas que conmemoran hechos cúspides, esencialmente referidos a la guerra de invasión que impulsó Chile contra Perú entre 1879-1883. En noviembre del 2007, un vendepatria desde Defensa, "olvidó" la conmemoración de la Batalla de Tarapacá y los actos alusivos, y acontecieron, idénticos como reprobables sucesos, con el Combate de Iquique el 21 de los corrientes y la Batalla de Tacna el 26. No se puede ser profeta del pasado ni cambiar los resultados harto conocidos, pero tampoco se debe asesinar a Clío aherrojando la memoria colectiva del pueblo peruano al tacho como si no fuera éste un pueblo con miles de años, pasado imperial y destino rector en América Latina. ¿O, no es así?

¿Amnesia de cuerdas separadas?

Combate naval de iquique
por Herbert Mujica Rojas

Ayer 21, aniversario del Combate Naval de Iquique, no hubo, ni por asomo, expresión oficial celebratoria sobre la efemérides, una de las pocas victorias en la guerra de agresión declarada por Chile en 1879 al Perú. Por lo menos, la Agencia Andina no consigna ¡absolutamente nada! sobre ese particular hecho de armas y, en cambio, sí cita lo dicho por la presidenta Bachelet que no encuentra fundamento ni razón al texto litigioso peruano en La Haya y pareciera que este tema se inscribe en una postura de amnesia de cuerdas separadas.

Carta de Arnlado Panizo a José de la Torre

Lima, Julio 1 de 1886.

Señor Dn. José de la Torre.-

Amigo muy querido:

Con entera satisfacción he recibido su mui estimable fecha 15 del ppdo.; por ella veo que goza Ud. de completa salud, de cuyo beneficio gozo yo, también, así como toda mi familia, cuyos miembros todos, estiman i retornan a Ud. sus saludos.

Carta de Arnaldo Panizo a Andrés A. Cáceres

Ayacucho, Febrero 2 de 1882.

Benemérito Señor General Jefe
Superior, Político y Militar de
los Departamentos del Centro.
B.S.G.

A consecuencia de las últimas comunicaciones privadas de VS. en que me manifiesta su resolución de adherirse al Gobierno de Magdalena, he solicitado de VS. particular-mente, se sirviese mandarme un Jefe de su confianza para entregarle el puesto que hasta hoy tengo el honor de desempeñar.

Histerismos ociosos

por Herbert Mujica Rojas

Leí, días atrás, con no poco asombro, las loas y zalemas que otorgaba Jorge Basadre Ayulo al diplomático chileno Conrado Ríos Gallardo, hombre cuyos propios textos desnudan como un cínico propulsor de posturas desleales con Perú y reñidas con la limpieza que debió primar entonces, por múltiples razones, con respecto al Tratado de Lima y su Protocolo Complementario del 3 de junio de 1929 entre Perú y Chile. Supuse que la amistad habida entre su padre, Jorge Basadre Grohman y la infancia común que relata con lujo de detalles aquél, podían ser parte de la herencia de conceptos así emitida y dada a conocer en blanco y negro.

Las revelaciones de Conrado Ríos Gallardo

por Félix C. Calderón, La Razón 6-4-2008

Cuando decidí escribir "El Tratado de 1929. La otra historia" (Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2000), lo hice antes que nada movido por el afán de atender el serio problema por el que atravesaban los peruanos y, en particular la Cancillería, de no contar con una versión nuestra de la crucial negociación peruano-chilena que se llevó a cabo en Lima entre el 12 de octubre de 1928 y el 29 de mayo de 1929. Como se sabe el historiador Jorge Basadre se conformó con recurrir a su amigo Conrado Ríos Gallardo, el habilísimo canciller chileno de la época, para conocer la forma cómo el Presidente Leguía y el Embajador chileno Emiliano Figueroa Larraín pergeñaron el Tratado de 1929. Y, obviamente, Ríos Gallardo como buen chileno le contó una versión sesgada de los hechos, aderezada de una que otra inexactitud, tal como se refleja en mayor medida  en su libro "Chile y Perú. Los pactos de 1929." Tan cierto es esto, que en su obra otoñal "La vida y la historia", Basadre se limitó, otra vez, a reproducir casi exclusivamente el testimonio proporcionado por Ríos Gallardo. Por su lado, Porras Barrenechea, Pons Muzzo y Wagner de Reyna, entre otros, muy prolijos, claros e ilustrativos en cuanto a los antecedentes, no pasaron de algunos párrafos en lo relativo a la negociación propiamente dicha. En suma, había un vacío historiográfico y creo que mi libro antes mencionado intentó llenarlo.

Auxiliares plebiscito Tacna
Auxiliares de la Comisión Jurídica del Plebiscito sobre Tacna y Arica, 1926. Fototeca municipal de Tacna.