cancilleria jose garcia belaunde

 En declaraciones registradas en medios informativos de nuestra capital, el canciller peruano José Antonio García Belaúnde ha expresado dos cosas muy importantes y positivas. La primera, que en la próxima cita del 2+2, que reúne a los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores del Perú y Chile se toque el asunto del desminado de la frontera común. La segunda es el planteamiento de que en forma conjunta el Perú y Chile pongan una marca física (pilote) en la orilla del mar, para señalar el punto Concordia, establecido en el tratado de límites de 1929.

Respecto del primer asunto (tocar el tema del desminado de la frontera en las reuniones 2+2), ya diversas personalidades como el general Daniel Mora habían sostenido que tales reuniones eran una pérdida de tiempo porque en ellas no se trataban asuntos importantes que conciernen al ámbito de acción de los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores de ambos países. Las declaraciones de nuestro canciller hacen suponer que en la próxima cita 2+2 la parte peruana pondrá sobre la mesa el tema del desminado, y la reacción chilena servirá para ver si tienen la voluntad de enfrentar de manera constructiva los asuntos realmente importantes que conciernen a la relación Perú-Chile. 

En cuanto al segundo tema (sugerir que se ponga un pilote o marca física segura en la orilla del mar o incluso —decimos nosotros— un poco dentro del mar1), podemos decir que es de mucha importancia, puesto que su concretización contribuiría grandemente a solucionar, en primer lugar, las diferencias respecto de la línea fronteriza terrestre (como sabemos, Chile no quiere reconocer la validez del punto Concordia, establecido claramente en el tratado de límites de 1929); y en segundo lugar, a despejar el camino de solución para la delimitación marítima, puesto que la línea divisoria entre el mar de Chile y el del Perú debe partir de un lugar específico en la orilla del mar, y ese no puede ser otro que el punto Concordia, le guste o no a Chile.
 
Finalmente, debemos señalar que así como criticamos algunas acciones de la Cancillería, en este caso reconocemos que la actuación de nuestro ministro de Relaciones Exteriores es correcta. No podemos dejar de mencionar que alguno de los que criticaba al canciller le achacaba la “deficiencia” de no ser abogado. Veamos. El cargo de ministro de Relaciones Exteriores es político, y puede desempeñarlo una persona que no tenga la profesión de abogado (sin negar que serlo ayuda) o que no sea diplomático de carrera2. Lo importante es entender dos cosas: 1) la línea u orientación que el gobierno de turno (o, mejor, el estado peruano) tenga en el campo de las relaciones exteriores es lo que define lo bien o mal que vayan las cosas en este campo; 2) si de abogados se trata, debemos señalar que nunca falta en ninguna cancillería del mundo que merezca tal nombre un equipo permanente de abogados e historiadores especializados, que dan forma y fundamento a los documentos y declaraciones del ministro del ramo. 
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1 Sea en la orilla del mar o un poco adentro, plantar pilotes o construir espigones en mar embravecido son trabajos relativamente sencillos para los ingenieros. 
2 Con buen criterio, la Academia Diplomática del Perú convoca a profesionales de diversas carreras: pueden ser historiadores, abogados, economistas, etc., ya que es bueno contar en el cuerpo diplomático con gente que sea experta en diversos campos del conocimiento. No se crea que sólo los abogados pueden ser diplomáticos.