En el portal del diario argentino La Nación del 3 de enero de este año, con el título “Como en It, pero real: el payaso asesino que enterraba a sus víctimas en su propia casa”, se lee en el artículo de Pablo Mascareño:

 

Desde ya, los agentes tenían todas las sospechas y más de un indicio concreto comenzaba a dar datos certeros indudables. En aquella cena, el olor nauseabundo del lugar los alertó. El aroma fétido llegaba desde el sótano de la vivienda. Era hora de actuar. De dejar de disimular la "amistad". Lo increparon. Y él no pudo escapar.

 

Comentario

Los aromas son agradables: el aroma del bosque, el aroma del almuerzo, el aroma del durazno, etc. Los aromas pues, no son “fétidos”, lo fétido es repugnante.

El autor coloca punto seguido dos veces.

Podemos decir por ejemplo:

 

Desde ya, los agentes tenían todas las sospechas y más de un indicio concreto comenzaba a dar datos certeros indudables. En aquella cena, el olor nauseabundo del lugar los alertó. El hedor llegaba desde el sótano de la vivienda. Era hora de actuar, de dejar de disimular la "amistad". Lo increparon y él no pudo escapar.