En el diario limeño Perú.21 del 22 de diciembre de este año, con el título “Tareas para (el) mañana”, se lee en su editorial:

Lo primero que debería figurar en la agenda del primer ministro es establecer un cronograma de diálogos con las distintas bancadas. Pero, al mismo tiempo, encabezar una gran cruzada de comunicación –de alcance nacional– sobre la necesidad de celebrar esos comicios bajo las nuevas reglas que saldrán de las imprescindibles reformas políticas y electorales que apruebe el Congreso.

 

Comentario

 

1) En el Perú no existe el cargo de “primer ministro”.

2) Las intercalaciones se escriben con raya: — y no guión: “-”.

 

Como es costumbre, en cada artículo nos dedicamos a analizar un sólo párrafo, sin embargo, en muchos artículos, como este, la cantidad de errores es mayor.

Mermeleros buscan millones del gobierno y no saben escribir

Llama la atención que Perú.21 se ponga en la cola para esperar millones del Estado que no pudieron recibir del gobierno saliente al reclamar “una gran cruzada de comunicación”, lo cual no es más que una exigencia para que el gobierno derroche millones enriqueciendo a la prensa de ínfima calidad para adularlo, como ya lo están haciendo, exigencia que es mucho más grave e inmoral partiendo de medios donde los “periodistas” ni siquiera saben escribir, con lo cual sólo difunden ignorancia a una población que requiere mejorar sus estándares culturales. Por lo menos medios como Perú.21 no deberían recibir dinero del Estado para publicidad, pues así escriben un editorial, tarea donde participa la plana mayor de un diario, en los demás artículos la calidad es todavía peor.

 

Los autores debieron escribir:

 

Lo primero que debería figurar en la agenda del presidente del Consejo de Ministros es establecer un cronograma de diálogos con las distintas bancadas. Pero, al mismo tiempo, encabezar una gran cruzada de comunicación —de alcance nacional— sobre la necesidad de celebrar esos comicios bajo las nuevas reglas que saldrán de las imprescindibles reformas políticas y electorales que apruebe el Congreso.