El infierno será más terrible para los curas pederastas


Asegura el Vaticano

El infierno será “más terrible” para los curas pederastas, aseguró monseñor Scicluna, promotor de Justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe y encargado de seguir los procesos canónicos contra los sacerdotes pederastas.


Monseñor Charles Scicluna explicó el destino de condenación que espera a estos pederastas durante una oración de reparación por el escándalo por abusos sexuales contra niños cometidos por sacerdotes, que se efectuó ayer en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

"El que escandalice a uno de esos pequeños creyentes, que se ponga al cuello una piedra de molino y sea arrojado al mar", dijo Scicluna en su homilía, citando un versículo del Evangelio de San Marcos.

Explicó los suplicios que esperan en el infierno a los sacerdotes pederastas citando un comentario de San Gregorio Magno (540-604), quien interpretó que las palabras de castigo del apóstol Marcos significaban "la condena más terrible" que se le podía imponer a un seglar.

"Por eso, quien después de ser conducido a una profesión de santidad destruye a otros a través de la palabra o del ejemplo, sería realmente mejor para él que sus malas acciones fueran causa de muerte siendo seglar, porque, sin duda, si hubiera caído solo, su tormento en el infierno sería de calidad más soportable", señaló  citando palabras a San Gregorio Magno.

Su auditorio de ayer estaba compuesto en su mayoría por seminaristas de universidades pontificias, sacerdotes y estudiantes de teología, en su mayoría del mundo angloparlante.

La oración de reparación por los escándalos de pederastia se llevó a cabo a iniciativa de estudiantes británicos y norteamericanos, después de la carta de Benedicto XVI a los fieles irlandeses, de marzo último. La oración de reparación se realizó con gran recogimiento tras una hora de adoración del Santísimo en silencio.
 
"Nuestra presencia aquí, hoy, ante el Altar de la Cátedra, en presencia de Jesús Eucaristía, quiere hacerles eco al amor, el cuidado y la solicitud que la Iglesia, esposa de Jesús, siempre tuvo por los niños y los débiles", arrancó Scicluna.

"En verdad os digo: quien no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él", dijo citando el Evangelio de Marcos. "Recibir el reino de Dios como un niño significa recibirlo con corazón puro, con docilidad, abandono, confianza, entusiasmo, esperanza. El niño nos recuerda todo esto. Todo esto hace el niño precioso ante los ojos de Dios y del verdadero discípulo de Jesús", explicó. "Qué árida se vuelve la tierra y triste el mundo cuando este icono tan santo es pisoteado, quebrado, embarrado, abusado, destruido", agregó.

"Si uno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el siervo de todos", denunció los pecados internos de la Iglesia. "¡Cuántos pecados en la Iglesia por arrogancia, por la insaciable ambición, por el abuso y la injusticia de quien se aprovecha del ministerio para hacer carrera, para ponerse en muestra, para fútiles y míseros motivos de vanagloria!", deploró.

Durante la celebración, se oró "por las víctimas de abusos perpetrados por hombres y mujeres de la Iglesia para que sus heridas puedan curarse y puedan encontrar verdadera paz". Y por los sacerdotes "que cometieron abusos, para que puedan afrontar a la luz de la verdad las consecuencias de sus pecados y aceptar la voluntad de la justicia".