Sacrifican a ballena bebé perdida en Sidney

Colin, la ballena bebé perdida en Sidney, que creía que su madre era un yate y buscaba leche, fue sacrificada tras los infructuosos esfuerzos para salvarla.


El cetáceo, que corresponde al grupo de ballenas jorobadas, había conmovido a los australianos, quienes trataron en vano salvar a esta cría perdida, para lo cual discutían si debían alimentarla o arrastrarla para tratar de encontrar otro grupo de ballenas. La discusión también nutrió amplios espacios de chats y foros en internet.

En esta época estas ballenas migran de sur a norte, donde continúan su ciclo reproductivo. Colin fue encontrada cuando insistía en mamar leche de un yate de la bahía.

Los expertos biólogos y veterinarios trataron de hacerle beber una fórmula láctea por un tubo, pero todos los esfuerzos fueron en vano. Al ver que su estado decaía día tras día, decidieron eliminarla con una inyección letal, hecho que también causó controversia, pues los australianos son activos participantes en campañas en defensa de las ballenas.

El animal, de unas dos toneladas, fue primero sedado antes de ser ultimado al amanecer, mientras algunos espectadores gritaban “¡vergüenza, vergüenza!”, pues el animal continuaba agitándose después de haber recibido la sexta dosis, lo que fue condenado por el público, pues la eutanasia busca eliminar el sufrimiento.

Pero los responsables de los parques nacionales de vida salvaje se defendieron diciendo que el animal estaba muy débil y había sufrido heridas de tiburón y manifestaron que lo último que hubiesen querido es que la ballena sufra.

El cuerpo de Colin será sometido a una autopsia, para tratar de determinar lo que falló. Por lo pronto, no era cierto que era macho, un examen de cerca evidenció que era hembra, por lo que le cambiaron el nombre a Colleen.