El día jueves la fuerza armada siria derribó el viernes 22 un avión F4 turco que volaba a baja altura frente a la costa siria, sobre aguas territoriales sirias. Los pilotos están desaparecidos.

Las autoridades turcas, aparentemente, actúan con prudencia, no se han apresurado a criticar o amenazar a Siria (al menos abiertamente, no). Pero el caso va tomando otro cariz cuando los turcos, contrariando toda lógica, dicen que su avión fue impactado en aguas internacionales y cayó en aguas sirias. Eso es muy raro, a menos que se diga que los cohetes antiaéreos sirios tienen un imán que atrae al avión impactado. Lo normal, por la velocidad de los aviones, es que si el cohete antiaéreo alcanza al avión en aguas territoriales de un país, el piloto —en los poquísimos segundos que le quedan antes de lanzarse en paracaídas— se aleje de la costa del país que se defiende, y el avión termine cayendo en aguas internacionales.

La costa siria es relativamente pequeña, de corta longitud, por lo que en este caso no resultó fácil hacer disparos de advertencia que sí funcionan en espacios más grandes, ni lanzar aviones interceptores, porque eso podría atraer la atención de la aviación israelí y agravar el problema o precipitar un nuevo conflicto. Ante la duda y la incertidumbre, los sirios no tuvieron más remedio que derribar el avión.

La prensa occidental sostiene que Siria “está en falta”, que ha sido una provocación derribar el avión turco. Por su parte, los turcos dan a entender que esperan que Siria pida disculpas, lo cual es increíble. El primer ministro turco ha dicho que van a estudiar la situación y que, conocidos los detalles, se tomarán medidas. ¿Cuáles serían las medidas correctas? Solamente dos: advertir bien a los pilotos turcos para que eviten entrar al espacio aéreo de otro país; y establecer coordinaciones entre Turquía y Siria para evitar este tipo de incidentes.

Turquía, buscando ampliar las repercusiones del problema, ha transmitido una consulta a la OTAN sobre este caso. ¿Qué tiene que ver la OTAN, brazo armado de la Unión Europea (UE), en un incidente entre dos países?, ¿la OTAN va a saber del caso más que los turcos y sirios, que son los protagonistas directos? Lo que pasa es que Turquía, miembro de la OTAN, comparte el punto de vista de la UE de derrocar al gobierno de Bashar al-Assad. Desde el momento en que Turquía dice que su avión fue derribado sobre aguas internacionales, está clara la intención de crear las condiciones para que la UE proceda a atacar militarmente a Siria y poner un gobierno títere.

Cambios en la posición política turca

En los últimos tres años Turquía ha tratado de presentarse como un país influyente en el Oriente Medio, mostrando una aparente independencia frente a la UE. Pero esto no duró mucho. Tanto en Libia como en Siria, en los primeros momentos de la rebelión Turquía se mantuvo neutral y no criticaba a los gobernantes de esos dos países. Pero en determinado momento pasó a criticar a Muammar Qaddafi y ahora a Bashar al-Assad, cuya renuncia clama.

Por el momento, Turquía mantiene buenas relaciones con Irán. Todo está bien: no hay entre ellos asuntos limítrofes pendientes, tienen intenso comercio, Turquía compra energía eléctrica e hidrocarburos de Irán, tienen coordinación militar para enfrentar a los separatistas kurdos, etc. Sin embargo, finalmente que parece que Turquía es un país poco confiable. La UE, por ejemplo, quiere y acepta que Turquía esté en la OTAN, pero cierra a los turcos las puertas de ingreso a la UE. Por eso, si la situación de Occidente con Irán se pone crítica, no sería raro que los turcos se vuelvan contra su querido vecino Irán.

Poco después del incidente de piratería internacional en que Israel asesinó a nueve ciudadanos turcos que iban en un barco a llevar ayuda a los judíos semitas de Gaza y Cisjordania, Turquía quedó en posición de país caudillo que enfrenta a Israel. Entre las cosas que dijeron e hicieron los turcos está el haber puesto un radar cerca de la frontera siria, para impedir —según informaron—que algún país ataque a Siria o Irán. Si han sido sinceros en esa declaración, los turcos saben mejor que nadie que los sirios están en amenaza permanente de sufrir ataques aéreos. Por ejemplo, el año 2007 la aviación israelí bombardeó en Siria lo que parecían ser instalaciones de un reactor nuclear. Este ataque se realizó utilizando el espacio aéreo turco —no se sabe si con la autorización de los turcos—, lo que tomó por sorpresa a los sirios.

Entonces Turquía sabe bien que en un ambiente de peligro, Siria —como cualquier otro país— no puede dejar pasar ni un segundo para evitar que aeronaves extrañas sobrevuelen su territorio o su mar.

A diferencia de Israel, que solo es una potencia militar en la región, Turquía es una plena potencia regional, con buena capacidad militar, influencia política y con una economía sólida. Mientras Israel es un país completamente repudiado por los pueblos islámicos, Turquía tiene más o menos buena acogida, empresas turcas van a trabajar en esos países y tienen intenso comercio con todos.

 

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