A partir del mes de agosto dos sacerdotes estarán diariamente a disposición de los visitantes de los Museos Vaticanos para dialogar con ellos y ofrecerles, si lo desean, consejos y ayuda espiritual.

 

La iniciativa -como explica a “L'Osservatore Romano” el obispo Giuseppe Sciacca, secretario general de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano- “no será nada pretenciosa o institucional. Los sacerdotes estarán en dos puntos estratégicos del recorrido habitual; habrá una mesa y dos sillas y los que quieran podrán acercarse a ellos para intercambiar unas palabras, o para reflexionar juntos”.

“Los Museos Vaticanos -agrega el prelado- son un 'unicum' en el panorama de las instituciones culturales. Son como el cofre en que, gracias a la sabiduría de los pontífices y a su amor por la belleza, se custodian las obras mejores que el género humano ha forjado a través de la historia (...) y no tienen miedo de mostrar que son también un vehículo particular a través del cual la buena nueva del Dios hecho hombre puede anunciarse al mundo”. Es una institución que “acoge a todos, más allá del credo y de la procedencia; pero a cada uno recuerda, a través de una estatua (...) de un objeto de orfebrería, de un cuadro o de un fresco, aquello a lo que estamos llamados”.