Benedicto XVI reflexiona sobre su viaje a Francia


El Papa reflexionó sobre su reciente viaje apostólico a Francia, que culminó con la peregrinación a Lourdes con ocasión del 150mo aniversario de las apariciones de la Virgen a Santa Bernadette.


Afirmó que en Francia, “la Iglesia, ya desde el siglo II, desarrolló un papel civilizador fundamental y en ese contexto maduró la exigencia de una sana distinción entre la esfera política y la religiosa”.

Benedicto XVI señaló que el punto de partida de su discurso fue “una reflexión sobre el monaquismo, cuyo objetivo era la búsqueda de Dios, quaerere Deum, que “llevaba a los monjes a una cultura de la palabra. Para la búsqueda de Dios, que se nos reveló en las Sagradas Escrituras, eran muy importantes las ciencias profanas, cuyo fin era profundizar en los secretos de las lenguas. Como consecuencia, en los monasterios se desarrolla aquella eruditio que consentiría la formación de la cultura. Precisamente, por eso quaerere Deum —buscar a Dios, estar en camino hacia Dios—, sigue siendo hoy, como ayer, la vía maestra y el fundamento de toda verdadera cultura”.

“En Lourdes me uní a miles de fieles en el “Camino del Jubileo” y “participé en la tradicional procesión aux flambeaux (con antorchas), estupenda manifestación de fe en Dios y de devoción a su Madre y nuestra Madre. Lourdes es verdaderamente un lugar de luz, de oración, de esperanza y de conversión, donde los peregrinos aprender a considerar las cruces de la propia vida a la luz de la Cruz gloriosa de Cristo”.

Puso de relieve que “el primer gesto que hizo María cuando se apareció a Bernadette en la gruta de Massabielle fue el signo de la Cruz, y en este gesto de la Virgen se encuentra todo el mensaje de Lourdes”.

Tras invitar a los fieles a dar gracias a Dios por los frutos de este viaje apostólico, el pontífice señaló que “en Lourdes, la Santísima Virgen invita a todos a considerar la tierra como lugar de nuestra peregrinación hacia la patria definitiva, que es el cielo. En realidad todos somos peregrinos y tenemos necesidad de la Madre que nos guíe; y en Lourdes su sonrisa nos invita a seguir hacia delante con gran confianza porque Dios es bueno, Dios es amor”, sentenció.