Un tribunal noruego procesó al asesino en masa, Anders Behring Breivik, por el atentado con bomba y el tiroteo en el que 77 personas murieron hace un año.

El 22 de julio de 2011, Breivik hizo detonar varias bombas en edificios del gobierno en Oslo, donde ocho personas murieron.

Luego le disparó de muerte a 69 personas en un campamento de jóvenes del Partido Laborista, la mayoría de las cuales eran adolescentes. Breivik dijo que había realizado el ataque contra el Partido Laborista debido a que sus políticas eran demasiado abiertas hacia los inmigrantes musulmanes.

En un veredicto muy esperado, un panel de cinco jueces declaró hoy que Breivik no padecía ninguna alteración mental y que por lo tanto es imputable, condenándolo a 21 años en prisión. Es la pena máxima de prisión en virtud de la ley noruega, que puede puede prorrogarse posteriormente.